demás de su frontón, notario de su popularidad, Errazkin sería merecedor de otros recorridos de esta página para conocer y gozar de otros hitos patrimoniales como el Señorío de Eraso y la ermita de San Donato, ambos, al norte, a pocas leguas de distancia. También su iglesia parroquial de San Martín de Tours, reconstruida entre 1798 y 1801 sobre los cimientos de otro templo de origen medieval al mando de las trazas y obra de un Oreja, antepasado de una importante saga familiar del pueblo. Y más. Transfiguración, nombre de la calle principal y sus aledañas, alberga un caserío con un esquema de grandes bloques de tres plantas rematados por tejado a dos aguas. Son casas muy bien rehabilitadas en su mayoría con fachadas respetuosas con su origen y enlucidas con sillares en sus equinas, vanos y, alguna, en su parte central. Las entradas son de medio punto. Al menos tres de ellas presumen con un escudo del siglo XVIII, enmarcando su campo en relieve de piedra una cruz y cinco roeles: son las Armas de Errazkin, como lo atestigua una al portar la leyenda Razquin.

En su frontón la cita obligada es con Jesús Mª Oreja Buldain, Oreja II, uno de los ilustres contenedores del patrimonio cultural de Errazkin. Para captar el alma de este mítico recinto valió tanto su presencia como su sabiduría y la genial reflexión poética que él mismo reflejó en otra época sobre una preciosa ilustración. La estampa contiene las figuras de nueve pelotaris empleándose en otras tantas modalidades pelotatzales. En su pie, Jesusmari escribe en lingua navarrorum:

"Pareta bat edo bi, nondik joko hau etorri? Batzuek oinihutsik, besteak gerriko gorriz ba ahal da joko hoberik!, zaharrengandik gazteak ikasi ahal den arte joko honi eutsi". Que viene a decir en español: "Una o dos paredes, de dónde vino este juego?, algunos descalzos, otros pueden jugar mejor con un gerriko rojo. ¡Mantén este juego hasta poder aprender de los viejos!"

Al relance de la cita poética brota un "Errazkineko frontoiko harrietajarraitzen dute pilotek hegan, Nafarroako esentziari abesten dioten hegaztiak bailiran; gure arbasoen betiereko atsedenari, egungo ilusioei eta etorkizuneko ametsei deika moduan".

"En las piedras del frontón de Errazkin siguen volando las pelotas como aves que cantan a la esencia de Navarra; la del descanso eterno de nuestros antepasados, la de las ilusiones presentes y las de los sueños armónicos del futuro".

Esencia napartarra hecha cultura en siglos y siglos. Patrimonio multidisciplinar esculpido por el esfuerzo y el reto, el espíritu y el arte. Porque, como reza otra leyenda de un pequeño trinquete existente en Mutilva, "la pelota es deporte y arte, es cultura".

En Errazkin, el concejo más occidental del valle de Larraun y erradicado a 432 m. de altitud, sobresale entre la pureza de su vida el arbotante del juego de la pelota: su frontón aireado por los vientos de su majestuosa Maioa. Un recinto que ha sido en proporción jamás conocida el más fértil del orbe pelotatzale. Algo tendrán de buena alquimia genética y vientre cada una de las piedras de ese frontis chorreado en marengo. Un elegante y pétreo lienzo de sillares traídos a tiro de carro y vacuno propio desde las canteras de Elosta. Un auzolan en toda regla que se puso manos a la obra ya hace más de 100 años al rebufo del buen y generoso parné de un vecino. En el frontispicio se explica el donativo: "Frontón construido a expensas de Juan Martín Martinicorena, benemérito hijo de Errazkin. Año 1915."

Este pueblo navarro y euskaldún, que ahora ronda los 65 habitantes y que no alanzó nunca los dos centenares, ha dado en un siglo la inapelable cantidad de 28 pelotaris destacados, de los que la mitad, llegaron al profesionalismo. Entre otros, varios hijos de las casas de los Oreja, Ansorena y Martinicorena.

"En las piedras del frontón siguen volando las pelotas como aves que cantan... un presente sin anillos represores de lenguas y costumbres". Al contrario, se amasa la cultura enhebrándola con ecología, sostenibilidad y juventud responsable. Valores representados por la figura decidida del alcalde Josu Oreja Arratibel, uno de los protagonistas del grupo de trabajo del valle. Equipo que lucha por resetear el Desarrollo Local con el objetivo de que todos los habitantes dispongan de los derechos que refuercen su habitabilidad y de forjar nuevos domicilios. Como podrán ser los de Maite y Josune, sutiles integradoras e intérpretes de culturas y oficios. Una de ellas, incluso, retó en el ancestral juego a Jesusmari.

La pelota vasca es un juego noble, ancestral e inmortal. En Errazkin, un enciclopedia de pura poesía.