- El esfuerzo personal que tiene que hacer una mujer en el medio rural es mucho mayor que el de los hombres y a la hora de plantearse una carrera política, por muy pequeño que sea el Ayuntamiento, hay factores que complican la toma de decisión. De ahí que las únicas concejalas del Ayuntamiento de Erro, Tere Vidaurreta (AIVE), Nekane Nuño (EHBildu) y Leire Remiro (Haize Morea), cada una de un grupo político diferente, hayan querido en este momento de sus vidas, y no antes, involucrarse en la política del valle. "No es casualidad que no haya más mujeres en otros ayuntamientos porque no tenemos las mismas oportunidades. Al no haber corresponsabilidad, nos toca conciliar el trabajo, la familia, la casa y el cuidado de nuestros mayores", coinciden.

Cada una de ellas, se implica en la medida en que puede, porque además de políticas, son vecinas de un pueblo, con lo que ello conlleva. "Yo aporto mi experiencia de vida y de mi trabajo, procurando estar cerca de la gente, especialmente de los jóvenes y niños. Y sobre todo lo que aporto es dedicación y tiempo", afirma Nekane. También coincide Tere, que lleva desde enero en el cargo, al asegurar que "estoy metida en el pueblo las 24 horas y aporto sobre la marcha". Por su parte, Leire resalta la importancia de la participación de las mujeres en la vida política ya que propician otra mirada. "Como concejala, puedo aportar una perspectiva de hacer las cosas desde otro punto de vista y una perspectiva de género en el sentido de aportar un espíritu crítico para avanzar en igualdad", subraya.

A pesar de ser una población escasa (793 habitantes), la covid no ha pasado de largo y, sobre todo en las primeras semanas, se vivieron tiempos de confusión. "Hubo momentos en los que fue difícil tomar decisiones ya que no teníamos clara la autoridad y nos unimos mucho más porque nos reuníamos on line cada semana, pero al ser el Ayuntamiento integrado en diferentes mancomunidades, no nos tocó tomar decisiones directas", recuerdan Nekane y Leire. Sin embargo, sí que ofrecieron apoyo a todos los concejos. "Junto a los servicios de Salud, se propulsó una red colaborativa para gestionar las informaciones y coordinar, impulsar y reforzar las redes vecinales", añaden. Más allá del Ayuntamiento, como presidenta de la Mancomunidad de Servicios Sociales, la concejala Nekane expone que el trabajo aumentó y requirió un doble esfuerzo. "Fue complicado tener que adaptar las normativas a la situación de restricciones, tuvimos que hacer un plan de contingencia para acudir a las casas donde verdaderamente se pudiera acceder, buscar protecciones para las trabajadoras familiares€", señala. Pero también tuvo su parte buena. "Coordinamos una iniciativa de voluntariado para realización de mascarillas de telas para toda la zona confeccionada por mujeres. Fue muy bonito, se distribuyó el trabajo y se hicieron 800 mascarillas. Al final, se cubrió la necesidad de hacer algo", expresa Nekane.

"No es casualidad que no haya más mujeres en otros ayuntamientos"

Concejalas del valle de Erro