Las cuadrillas de Lumbier pusieron ayer la mayor voluntad y esfuerzo para sacar como cada año sus calderos a las calles de la localidad, en llamada a los Reyes Magos. La jornada tradicional, arraigada en la localidad por generaciones, hace que los grupos de amigos reúnan viejos objetos viejos o en desuso para unirlos con cuerdas y arrastrarlos por las calles de la localidad mientras corren. Durante la mañana de ayer, los txikis de la localidad se adueñaron de la Calle Mayor, un espacio que en situaciones normales ocuparían las cuadrillas mayores llegadas las noche. Pese a la pandemia, ayer a Lumbier no le faltó su ruido típico en el Día de Calderos.