- El Ayuntamiento de Villava aprobó ayer en pleno con 12 votos a favor de EH Bildu, PSN, I-E y los dos ediles no adscritos, tres abstenciones de Atarrabia Geroa Bai y dos votos en contra de Navarra Suma, sus cuentas para 2022, algo superiores a los 10 millones (10.023.591).

"Un presupuesto de gasto muy equilibrado, real, que atiende las necesidades detectadas de la parte técnica y se ha ido nutriendo de las aportaciones de los diferentes grupos; se pueden ver identificados la gran mayoría de los aquí presentes. Es justo, solidario y un presupuesto que necesita la Villava de hoy", defendió el alcalde Mikel Oteiza (EH Bildu) al que le hubiera gustado "tener más alegría en las inversiones, pero son las que son". También reconoció que el Consistorio cuenta con un "comodín bajo la manga", con las inversiones que incorporarán conforme avance el año con el remanente de tesorería, de 1,5 millones de euros. Y con el foco puesto en las instalaciones de Martiket tras los daños ocasionados por las riadas. De momento, se habilitan 250.000 euros para reparar la piscina olímpica y así "salvar la temporada de verano".

Javier Señas (I-E) destacó algunas de las partidas propuestas por su grupo e incorporadas a las cuentas en materia de prevención de la ludopatía, asesoría psicológica infanto juvenil o reductores de velocidad "para poner fin a los riesgos de camino a los centros escolares". Mikel Asiáin (Atarrabia Geroa Bai) afeó al equipo de Gobierno la falta de concreción respecto a esas inversiones supeditadas al remanente y habló de unos presupuestos "sin visión global, sin visión de comunidad, sin visión de futuro. Son tan básicos que casi podrían ser prórroga de los que ya tenemos y no habría pasado absolutamente nada. De puro funcionamiento, sin un marcado carácter político".

Por primera vez tras más de diez años como concejal, el edil no adscrito Richard García -abandonó con Nieves Camacho Navarra Suma por discrepancias con la dirección de UPN-, ya sin "líneas rojas" desde arriba, apoyó el presupuesto. Había partidas que no le gustaban, pero en la balanza pesó el sí. "El estado de necesidad a raíz de las catástrofes por nevadas e inundaciones requiere de importantes inversiones. La sustitución de la cubierta de la plaza Consistorial o las piscinas precisarán de un gran esfuerzo financiero a corto plazo. Más que nunca debemos demostrar nuestro compromiso". Curiosamente (o no) el mayorrifirrafe de la sesión se produjo con la que hasta hace bien poco era su compañera de formación. Sagrario Astiz (Navarra Suma) presentó una enmienda a la totalidad con seis vagas generalidades -hacer algo en el club de jubilados, actividades culturales, mejorar la plaza del fuero, poner alguna cámara de seguridad...-, y a Richard le pareció un "viva la Pepa. Han traído un documento de enmiendas a la totalidad, y nos parece una prueba fehaciente de la ignorancia y desconocimiento del funcionamiento de las administraciones públicas, además de la falta de respaldo de los responsables de su partido". Y Astiz respondió que el "gran ridículo" lo había hecho él votando que sí a las cuentas después de 10 años de noes, además de entrar en descalificativos personales sobre su "prepotencia" y "ego". Cosas de Navarra Suma.