Un año más, la peña Alegría de Iruña llevó a cabo en los pueblos de Sakana la Operación Patata, una iniciativa solidaria que cumple seis décadas con el mismo fin, ayudar a las Hermanitas de los Pobres de Pamplona a llenar la despensa de su residencia de mayores de cara al invierno. Este pasado domingo se recogieron 300 kilógramos de patatas, 1.900 menos que el pasado año, además de calabazas, zanahorias, puerros, manzanas y nueces entre otros alimentos. Asimismo, recibieron 376 euros en forma de donativos. 

“La recogida de este año ha sido floja porque apenas ha habido patatas por la sequía”, apuntó Fernando Setoáin, coordinador de esta peculiar operación en la que también participaron Benjamín Rekalde, Jon y Eneko Falmarique, Julen Zelaia y Charo Huarte, además de Gabriel Martínez, conductor del camión de Abaigar Construcciones, que colabora en la recogida. 

Anunciada por megafonía, comenzó a las nueve de la mañana en Urdiain y continuó por Iturmendi, Bakaiku, y Etxarri, donde almorzaron. Las siguientes paradas fueron en  Arbizu, Arruazu, Lakuntza, Uharte Arakil, Irañeta, Ihabar, Hiriberri y Satrustegi. “Desde 2014 en Uharte Arakil se encarga de la recogida el Club de Jubilados Donibane. Hacen una labor impresionante y desde aquí queremos agradecerles su ayuda”, destacó Setoáin, que tomó el relevo en la organización de la salida de su padre, José Javier, con el cambio de siglo. Finalizada la tarea, llegaron a la residencia pasadas las tres de la tarde, donde les recibieron los y las residentes con ilusión y un lunch. 

Voluntarios de Alegría de Iruña volvieron a la residencia con patatas y otros alimentos. Cedida

 Todo comenzó en 1962, cuando el difunto Luis Zalba, que ayudaba a las monjas en la recogida de las patatas, buscó el respaldo de una sociedad. Y lo encontró en Alegría de Iruña. Eran años en los que se trabajaba más la tierra y recorrían gran parte de Navarra: Roncal, Salazar, Aezkoa, Arce-Erro, dos rutas en la Ribera y Sakana, la única que continúa activa por falta de más voluntarios. Así, en los años 70 se llegaron a recoger 80.000 kilogramos de ese tubérculo.Mucho ha cambiado desde entonces, y apenas se siembra en las casas pero continúa vivo el mismo espíritu de solidaridad.

Los auténticos protagonistas de esta historia son las personas que año tras año, responden a nuestra llamada. Queremos agradecer a la gente de Sakana su generosidad”, contaba Setoáin, contento de que después de seis décadas, la Operación Patata siga viva. Lo cierto es que solo ha fallado durante las obras en la residencia y  la pandemia. “Mientras haya gente dispuesta a colaborar, seguiremos”, aseguró. Esta actividad, la más antigua de Alegría de Iruña, tiene fecha fija, el domingo siguiente a la festividad de Todos los Santos, siempre que Osasuna no juegue en casa