La empresa Desguaces Tafalla ha recibido la licencia de ADIF para poder reconstruir la nave calcinada en los fuegos que sufrió el municipio en 2020 y que pusieron en peligro la continuidad del negocio.

Durante este tiempo, los responsables del desguace aseguran haberse sentido abandonados y no han dudado en reivindicar la falta de respuestas tanto por ADIF como por las instituciones para obtener la licencia que les permitiese construir una nueva infraestructura. “Tras el fuego tuvimos que pedir permiso a ADIF para poder reconstruir la nave, lo que no tiene sentido porque cuando ADIF vino aquí nosotros ya estábamos. Nos piden que haya 25 metros de la carretera a donde pongamos la nave pero la nave que no se quemó está a 17 y la plataforma que ellos han construido para el tren está a 5 metros de la carretera”, asegura Juan Muñoz, coordinador del desguace. Además, añade, esta demora ha supuesto un gran problema tanto para el dueño del negocio como para sus trabajadores. “Ha tenido una repercusión directa por no tener espacio donde trabajar. Sobre todo para los trabajadores, quienes han padecido durante dos años unas condiciones inhumanas, en invierno por el frío y en verano con unos calores terribles”, relata. “Es algo totalmente injusto que quita las ganas al empresario de seguir generando empleo”.

Piezas de vehículos y herramientas en el lugar en el que estaba la nave calcinada. Miriam Pascal

Una demora incomprensible también para los contratados. “Ha sido una impotencia muy grande porque al final tuvimos la desgracia de tener el siniestro y resulta que para hacer una reconstrucción de la nave hemos estado dos años y tres meses de espera. Es incomprensible la cantidad de documentación que nos han pedido para ello y no hemos entendido esta demora tan impresionante, porque hay que estar durante dos años trabajando en la calle a la intemperie”, denuncia Isabel Ayerra, responsable de RRHH y administración del desguace.

Tras arrasar los incendios la estructura, muchas de las herramientas y maquinaria de la empresa han quedado al descubierto durante este tiempo, otra de las preocupaciones que tenía la empresa. “Se quemó la nave con el ajuar, la maquinaria, todo lo que se necesita para descontaminar los vehículos, herramientas o mobiliario. Eso supuso que todo lo que había y lo que necesitábamos para meter las cosas dentro, esté desparramado al aire libre. Todo esto ha supuesto que durante este tiempo haya habido un riesgo permanente de que esta empresa se cerrara y que 19 trabajadores pudiesen haberse ido a la calle”, revela Muñoz.

Además de la tardanza de la licencia, la empresa asegura que los trámites han tenido un coste de 7.000 euros para el negocio.

A pesar de que el desguace solicitara al consistorio tafallés la ayuda para obtener la licencia, el Ayuntamiento asegura que no tenían la competencia para hacerlo. “Entiendo perfectamente el malestar que han tenido por el retraso en la licencia de obra para la reconstrucción de la nave quemada pero el Ayuntamiento de Tafalla no podía darles la licencia de obra sin la autorización de Gobierno de Navarra. Cuando llegó la autorización, esta estaba supeditada a la autorización de ADIF”, asegura Jesús Arrizubieta, primer edil de Tafalla.

Tras el desespero de los responsables y su trabajadores, ahora, al fin, la empresa se muestra optimista al poder construir la nave que les otorgará unas condiciones esperadas y necesarias.