A pesar de su pequeño tamaño, las mariposas captan la atención gracias a los vivos colores y patrones de sus alas y toparse con ellas ameniza los paseos. Para fomentar el conocimiento de estos vistosos insectos, a principios de abril se firmó un convenio entre el Ayuntamiento de Sangüesa y la Asociación para la Defensa del Medio Ambiente Rural (Ademar), Ardaska, Ongaiz y la Asociación Fotográfica local; fruto del cual nació Lepisangüesa.

Esta iniciativa tiene como objeto promover la ciencia y participación ciudadanas como método para catalogar las especies de vuelo diurno de mariposas del término municipal de Sangüesa. Tomás Latasa, ingeniero agrícola de formación y estudioso experto en mariposas y libélulas, con varias publicaciones, es el responsable de guiar las salidas colectivas e identificar los ejemplares encontrados.

‘Libelloides coccajus’, uno de los ejemplares más curiosos encontrados. | FOTO: ANDRES GARZÓN

Es un proyecto popular en el que participan mayores y pequeños: “Estoy muy contento, sobre todo por la respuesta que ha habido por parte de la gente, poco a poco han aprendido a identificar especies y cuando salen a pasear por su cuenta me mandan fotos de ejemplares que han visto, además, a los más pequeños no se les escapa ni una”, afirmó Latasa.

Hasta ahora los y las participantes han recorrido casi la mitad del término municipal de Sangüesa, aunque Latasa considera que para completar el estudio serán necesarios tres años: “Lo ideal es rotar y visitar cada cuadrícula del mapa en primavera, verano y otoño para observar las diferentes especies en cada estación”, explicó.

‘Palpares Libelluloides’, joya sangüesina.  | FOTO: ROCA NAVALLAS

‘Palpares Libelluloides’, joya sangüesina. | FOTO: ROCA NAVALLAS

JOYA SANGÜESINA

Hasta el momento, se han identificado tanto en las salidas colectivas como en las individuales, 124 especies diferentes. No solo se han encontrado abundantes ejemplares de mariposas, sino también curiosas especies de libelloides, insectos cuya forma recuerda a la de las mariposas, sin embargo, sus alas no llevan escamas y son transparentes.

Pero, sin duda, uno de los hallazgos más sorprendentes fue el del Palpares libelluloides, un insecto que posee cuatro alas de amplia envergadura. El 29 de julio en la zona de la Ermita del Socorro en Sangüesa, se encontraron hasta ocho ejemplares de esta especie, un hecho “extraordinario” según afirmó Latasa, ya que se trata de un insecto poco común: “Es muy valioso y encontrar tantos ejemplares juntos es excepcional y una riqueza del pueblo a valorar; al día siguiente un experto se acercó a la zona y también encontró varios”, explicó.

La mariposa ‘Pollyomatus bellargus’ macho destaca por su tono azul. | FOTO: IOSU ANTÓN

Por el valor de este descubrimiento Latasa considera interesante crear una microrreserva para proteger la zona que se verá afectada por las obras de Mina Muga.

Poco a poco el periodo de vuelo de las mariposas va llegando a su fin y la última salida se celebrará en septiembre. Lepisangüesa es una buena oportunidad para adentrarse en el fascinante mundo de estos insectos y poder contribuir a su conservación, porque como bien dice Tomás Latasa: “El conocimiento es la base de la protección”.