Tras doce años al frente del Ayuntamiento de la pequeña localidad valdorbesa de Orísoain, Alexandre Duró ha decidido dejar sus funciones para dedicarse en cuerpo y alma a su profesión original: la arqueología. Es consciente que deja un asiento vacío y muy complicado de relevar, pero considera que el municipio necesita que “otras personas, con aires renovados, cojan el testigo y trabajen por y para el pueblo”. Hemos charlado con el alcalde en funciones para que nos cuente más de cerca en qué situación quedará Orísoain a partir del próximo 26 de noviembre.

¿Cómo te definirías?

Soy un licenciado en Historia por la Universitat de Lleida que reside en Orísoain desde abril de 2004 que se dedica profesionalmente a la arqueología desde 2008, en especial, a la arqueología de urgencia derivada del impacto de las obras civiles, tanto públicas como privadas, en el patrimonio cultural de Navarra. Tengo un perfil muy centrado en las humanidades digitales ya que estoy especializado en la virtualización del patrimonio, así como en los sistemas de información geográfica, la teledetección y en el uso del aprendizaje automático en la arqueología.

Llevas como alcalde de Orísoain desde el año 2011. ¿Qué te llevó a presentarte?

En 2011 las personas que presentamos una candidatura al Ayuntamiento de Orísoain lo hicimos por responsabilidad colectiva, ya que la persona que estuvo al frente del Ayuntamiento hasta esa fecha llevaba 12 años de alcaldesa y cuatro de concejala, es decir desde 1995. Yo desde 2007 ayudé en todo lo que pude, participando en muchos foros comarcales en representación del Ayuntamiento (creación de la Agrupación de Servicios Administrativos de la Valdorba, Plataforma en Defensa del Patrimonio Navarro, Mesa de contratación del Plan General de Ordenación Urbana de Orísoain, etc.) que desde 1999 hasta 2011 estuvo gobernado por una comisión gestora.

¿Qué valoración haces de estos 12 años como alcalde de Orísoain?

Positiva porque en estos doce años se ha conseguido aguantar los desbarajustes de la crisis económica, la crisis sanitaria y la crisis energética trabajando desde una perspectiva en que lo colectivo y lo común es más importante que lo individual. Es decir, el Ayuntamiento de Orísoain por sí sólo no puede sobrevivir; necesita trabajar y colaborar estrechamente, codo con codo, con los Ayuntamientos de su alrededor. En un quid pro quo constante.

Positiva porque se ha conseguido consolidar una administración moderna capaz de prestar los servicios que requiere la ciudadanía dentro de un marco legal que no está pensado para Ayuntamientos de menos de 100 habitantes; como muchas veces la hemos definido como una rueda lenta pero en movimiento.

Positiva porque el trabajo intenso realizado en la segunda legislatura (2015-2019) en la que participamos activamente de los foros que dispuso la FNMC para la reforma del mapa local dieron sus frutos en esta legislatura pasada, cuando muchos de los principios que hemos defendido a capa y espada en relación al reparto del fondo de haciendas locales se materializaron.

Negativa porque no hemos podido crear las oportunidades necesarias para que la juventud, fundamentalmente femenina, que ha nacido y se ha criado aquí puedan ahora quedarse y desarrollar su vida en su pueblo.

“Las legislaciones están pensadas desde entornos urbanos, y cuando las intentas aplicar a entornos rurales en proceso de despoblación masiva, chocan”

¿Cuáles son los principales retos de gestionar un municipio como Orísoain?

En nuestro caso, podría decir que hay cuatro principales retos. El primero sería que lo municipal no sea entendido como personal. A todo el mundo no se le puede decir que si cuando te piden algo, y si dices que no, se enfadan.

En segundo lugar, conseguir un equilibrio entre lo legal y el sentido común. Hay determinados momentos, en determinadas circunstancias que determinados marcos legales existentes no se adecúan a lo que te está diciendo que es el sentido común. Y es que las legislaciones están pensadas desde entornos urbanos, hechas para entornos urbanos, y cuando las intentas aplicar a entornos rurales en proceso de despoblación masiva, chocan y no hay manera de que puedas dar facilidades a la gente para poder prestar servicios.

En tercer lugar diría que conseguir que todo el trabajo del Ayuntamiento no recaiga en una sola persona. Los ayuntamientos, en general, están diseñados en base a que la figura del alcalde, esa figura tan decimonónica, es la de la persona que manda en todo. En los pueblos pequeños no se puede pretender que una sola persona, yo en este caso, me encargue de ser el alguacil, el secretario, el administrativo o el enterrador; no se puede tender a focalizar todas las acciones en una sola persona. En los pueblos pequeños comienzan con varios concejales, pero va pasando el tiempo y la alcaldía sigue ostentando todos los poderes.

Finalmente, otro de los retos es el de realizar más políticas a largo plazo que a corto plazo, especialmente si estás luchando contra la despoblación, que es el principal problema de este tipo de municipios. Lo que decía antes, hay que ser muy consciente de cómo generar las oportunidades más adecuadas para para que la juventud, fundamentalmente femenina, que ha nacido y se ha criado aquí puedan ahora quedarse y desarrollar su vida en su pueblo, y eso solo se consigue haciendo cosas largoplacistas.

Más retos: que los servicios que ya prestas, no se deterioren. Que el servicio social de base funcione, que el bar esté abierto, que cuando un vecino solicite algo le puedas atender en el mismo pueblo, no se tenga que desplazar.

“La legislación actúa como un embudo. Da igual que tengas ocho concejales, al final la responsabilidad final siempre pasa por la alcaldía”

Después de 12 años, has decidido dejar el puesto. ¿Qué te ha llevado a ello?

Fundamentalmente por problemas de salud personal; me encuentro cansado, y el municipio necesita que otras personas cojan el testigo y trabajen por y para Orísoain. Personalmente empecé a colaborar activamente en el Ayuntamiento con 28 años; con 32 recogí el testigo de la alcaldía, y ahora con 44 quiero centrarme en mi actividad profesional y fundamentalmente en mi familia.

No ha habido candidaturas para tu reemplazo. ¿Cuál consideras la causa? ¿Por qué nadie quiere presentarse?

Herri txikia infernu handia. Todo el mundo es consciente de que estar al frente de un ayuntamiento es un marrón. Nadie lo quiere, por lo que decía antes, la legislación actúa como un embudo. Da igual que tengas ocho concejales. Al final, la responsabilidad final siempre pasa por la alcaldía, de todo.

¿Qué le puede suponer a un municipio como Orísoain que nadie se haya presentado a la alcaldía?

Eso lo tendrá que decir el Gobierno de Navarra. Ahora vamos hacia una comisión gestora donde las personas que hasta la fecha hemos estado al frente del Ayuntamiento no tenemos ninguna voluntad de seguir al frente.

¿Qué requisitos debería tener la persona que se postule?

Saber trabajar por y para Orísoain y aparcar sus intereses personales mientras esté en el Ayuntamiento.