Es la primera vez que en Etayo no se presenta ninguna candidatura a la alcaldía y tendrá que regirse por una gestora a partir del mes de marzo. Jenaro Pascual de 52 años, es un agricultor que lleva 12 años en el ayuntamiento “7 de ellos de alcalde y el resto de concejal”. Ve difícil convencer a nadie para que siga el proyecto que ha compartido con Laura Alegría (alcaldesa el primer año de la legislatura) y Begoña Fernández.

La despoblación de la localidad que a principios de siglo rozaba los 300 habitantes es un tema que preocupa enormemente en esta localidad de Tierra Estella que apenas cuenta con 65 habitantes, en su mayor parte mayores de 60 años. “Se les llena la boca hablando de la despoblación pero lo cierto es que todas las ayudas y proyectos van para las localidades grandes”, se quejó Pascual quien ve en actualizar el paso del Camino de Santiago por “esta zona” como un revulsivo “además de que sería necesario una residencia para la gente mayor que diera también trabajo”.

“Sin puestos de trabajo aquí no se va a quedar nadie. Aquel llamamiento de la pandemia a los pueblos pasó sin que se aprovechara para consolidar proyectos”. “La gente vive en las ciudades porque ahí está el trabajo y los servicios. Para vivir en un pueblo es necesario asumir que vas a vivir en la desigualdad respecto a la ciudad. Si hasta ahora la despoblación ha sido dura lo que nos espera creo que puede ser peor: en estos pueblos no se va a quedar nadie”, vaticinó.

Con todo, Pascual se mostró satisfecho de lo realizado en los últimos años: nuevos senderos, una ludoteca, el asfaltado del camino de Oco, pavimentación y redes de las calles más importantes “quedan algunas y esa es mi pena”.

Una de la últimas acciones ha sido el arreglo de los caminos tras las tormentas torrenciales de este verano: “los caminos son nuestro activo, no solo para los agricultores, si no para paseantes, bicicleteros y los mejores cortafuegos contra los incendios y el posible acceso de bomberos”.