La mitad de las casi 4.000 mujeres que está apuntadas al paro en la Ribera no cobra ningún tipo de prestación, una cifra, la de desempleadas, que casi es el doble que la de hombres. Con estos mimbres, integrantes del sindicato ELA se han concentrado esta mañana delante de la oficina del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) de Tudela para denunciar que “la precariedad tiene rostro de mujer” y llamar a la Huelga Feminista convocada para el próximo 30 de noviembre. A su juicio la protesta es necesaria ante “la nula voluntad de los gobiernos en revertir la situación dando complemento o modificando la regulación de las prestaciones desde el punto de vista feminista”.

Según ha señalado el representante de ELA, Íñigo Campo, la mitad de la población navarra (las mujeres), es constantemente discriminada en la prestación por desempleo ya que está diseñado “desde el punto de vista hombrecentrista”, lo que sirve para “agrandar la brecha salarial”. La prestación se basa en dos parámetros, la base reguladora y el tiempo cotizado, dos claves en las que se refleja la discriminación.

Así, las mujeres tienen bases reguladoras más bajas en sus salarios lo que se traduce en prestaciones menores ya que en su mayoría trabajan en “sectores menos reconocidos, con jornadas parciales y con brechas salariales”. En este ultimo aspecto ha puesto como ejemplo la limpieza viaria (mayoritariamente masculina) frente a la limpieza de edificios (femenina) donde las diferencias son del 16%. A todo ello hay que añadir que los cuidados en el seno familiar, tarea no remunerada, los realizan las mujeres casi en exclusiva, lo que obliga a las mujeres a salir del mercado laboral, dejando periodos sin cotizar, lo que afecta a sus prestaciones en el desempleo o en la jubilación. “Es necesario que el hombre asuma su responsabilidad en los cuidados y una reducción laboral generalizada”, han indicado Campo.

Para ELA la discriminación se agrava en el sector de los cuidados, donde los salarios son muy bajos, los trabajos muy duros, física y psicológicamente, y con escaso reconocimiento social. “La sociedad no está siendo justa con las mujeres trabajan en los cuidados y que sin un día deciden no acudir a su puesto de trabajo pararían todas las empresas de la Ribera. No produciría SKF, ni Icer Brakes, ni Guardian ni estarían abiertos los ayuntamientos, ni la oficina del SEPE, porque todos nos tendríamos que hacer cargo de los cuidados que prestan estas personas a nuestros familiares mientras nos ocupamos de producir bienes y servicios”