Cientos de objetos han cambiado de manos en la feria solidaria de Altsasu. Además de dar una nueva vida a objetos que no se usan pero que son útiles para otras personas, esta cita que va por su tercera edición busca reflexionar sobre el modelo de consumo actual y ser un lugar de encuentro intercultural.

Lo cierto es que numerosas personas han pasado a lo largo de la mañana de este domingo por la explanada de Iortia, donde se agradecía la sombra del estalpe. Otro objetivo es obtener fondos para diferentes causas. En esta ocasión han sido para Sakana Harrera Harana, una plataforma que trabajar en la bienvenida y acogida a personas migradas y refugiadas.

El espacio se dividía en diferentes txokos. Varios eran para la venta, sobre todo de prendas de vestir y calzado pero también de enseres del hogar, bisutería o libros por citar algunos de los artículos que se pudieron adquirir a precios simbólicos. También había espacio para los juegos, y la sensibilización.

Alumnado de ESO ha contado historias en diferentes lenguas. Nerea Mazkiaran

Alumnado del IES Altsasu ha tenido su propio txoko, con un taller de chapas, dibujo y lectura así como kamishibai, un teatrillo de madera en el que se muestran láminas de papel, de origen japonés, que se usa para contar historias y cuentos. Este domingo han sido dos, la historia de Osama, un chico marroquí que llegó a la península en patera y ahora vive en Pamplona y la de Rutensia, en este caso ficción, una chica de una tribu de Uganda que quería ser futbolista y reflejaba la problemática que tienen las jóvenes en este país.

IMPLICACIÓN

Si bien el instituto de Altsasu participa en esta feria desde sus inicios, este año han querido dar un paso más y han formado parte activa en la organización junto con el servicio Anitzartean de la Mancomunidad de Sakana y Sakana Harrera Harana. “Hasta hora mostrábamos el resultado de los proyectos que trabajamos pero este año hemos sido punto de recogida de material durante dos meses. Alumnado del Programa de Currículum Adaptado (PCA) lo recogía y lo llevaba el lunes al local de Sakana Harrera Harana”, ha recordado Uxua Azpiroz, coordinadora del proyecto Escuelas Solidarias en este centro. Asimismo, un grupo de ESO ha participado en el montaje, venta y desmontaje de la feria.

Aunque se ha vendido mucho, ha habido material sobrante que se entregará a la Asociación Apoyo Mutuo, según ha apuntado Begoña Cestau, técnica del servicio Anitzartean.“Estamos muy contentas con la respuesta, tanto en la recogida como en la venta”, contaba, al tiempo que destacaba el trabajo de las personas voluntarias, en especial la del alumnado. Tras una intensa mañana y con la satisfacción del trabajo bien hecho, han recuperado fuerzas en una comida en Kukuerreka.