Segundo domingo de octubre. La txistorra celebró ayer su fiesta en Arbizu, una localidad ligada a este embutido tradicional y que año tras año, salvo el paréntesis de la pandemia, se convierte en su capital mundial. Así, este sencillo a la vez que tradicional alimento fue la estrella de una intensa y multitudinaria mañana. Lo cierto es que al mediodía costaba moverse por la calle Nagusia dada la afluencia de personas. También contribuyó la meteorología.
Ayer era obligado llevarse a la boca txistorra. Fueron 120 kilogramos donados por Embutidos Arbizu y Juan Flores, unos 1.500 pintxos, que acompañados de un vaso de vino o de mosto se pusieron a la venta por 3 euros. Toda la txistorra pasaron por las sartenes de Mikel Gartziandia, Ruben Gelbentzu y Sonia María, parte del engranaje de un auzolan que hace posible esta fiesta. Asimismo, se pudo comprar este embutido en los puestos de la feria, con cerca de medio centenar de puestos, con una variada oferta de producto local como queso, alubias, miel paté o verduras entre otros alimentos además de artesanía.
De la música se encargaron trikitilaris llegados de diferentes puntos de Navarra, 65 en total, y Kantuz Sakana, con grupos de Arbizu, Etxarri, Bakaiku, Lakuntza y Uharte Arakil. Asimismo, los gigantes de Arbizu acompañados de Haizeberri dultzainerak alegraron las calles de Arbizu.
CONCURSO DE PINTXOS
Ayer también se celebró la 14ª edición del concurso de pintxos que organiza el Ayuntamiento de Arbizu para explorar las posibilidades de la txistorra en la cocina. Se presentaron seis propuestas, alta gastronomía en pequeño formato.
Ganó Bonboia, de Juanito Taberna, bar restaurante de Arbizu que reabrió sus puertas este pasado enero con Jon Razkin al frente. “La idea fue mía pero la mejoraron las cocineras”, apuntaba Razkin, contento y sorprendido por el premio, 300 euros, que repartió entre las cocineras, Mª Jesús López de Sabando y Zhara Boujaja. “Son las que se lo merecen”, observó. “Es un bombón dulce-salado en el que la txistorra estaba muy presente, acompañada de cebolla y un toque cítrico, todo muy bien equilibrado con el crujiente de la masa”, explicó Javier Díaz, Zalduondo chef del Restaurante Alhambra y miembro del jurado desde la primera edición. Ayer le acompañaron Juantxo Sáenz, Nerea Caballé y Aroa Petriati.