Es la segunda y penúltima fase de un proyecto que aúna materia primera, sostenibilidad, solidaridad e inclusión. Este mediodía un grupo de siete miembros de Aspace, en concreto personas no ambulantes del centro ocupacional de Azpilagaña, se han acercado hasta Lodosa para seguir con el legado que sus compañeros iniciaron hace varias semanas con la recogida de tomates ecológicos en una finca que después llevaron a Conservas Pedro Luis para su transformación.
Sobre las 12.00 horas han llegado a las instalaciones lodosanas y allí, tras ver in situ todo el proceso, se han hecho cargo de los 5.000 tarros de tomate que, tal y como han mostrado, lucían una etiqueta especial.
Muy curiosos y sorprendidos con la maquinaria que allí había, han comentado que este jueves harán la entrega de este producto en el Banco de Alimentos para que, desde ahí, lo distribuyan entre las familias más vulnerables de la Comunidad foral.
Red de colaboración
Pedro Luis Antón ha sido el encargado de explicar los diferentes pasos y, además, allí han estado la alcaldesa de la localidad, Laura Remírez; el director de Aspace Navarra, Rafael Olleta; la directora del centro ocupacional, Yolanda Sanz; así como representantes de Comando Borraja y de CPAEN/NNPEK, impulsores del proyecto junto con la Asociación Buruxka y la productora 601 Producciones Audiovisuales.
Tras pasar por el almacén en el que estaba todo el producto en pila, han ido a la zona de etiquetado y expedición. Asombrados, muchos de ellos no han dudado en guardarse uno de esos preciados tarros antes de salir a la calle para ver cómo cargaban el resto del producto en sus furgonetas.
Echar una mano
De acuerdo con Olleta, “con estas actividades logramos visibilizar la discapacidad y es una forma colaborar porque da la sensación de que siempre estamos pidiendo; ayudar a los que dan es muy bueno para nosotros. Al fin y al cabo, lo que queremos es ser parte de una sociedad en la que podemos participar; la actitud siempre es la de que, si podemos echar una mano, la echamos. Es importante, además, que entiendan que hay gente que lo está pasando mal; ellos tienen una circunstancia de una discapacidad, pero hay personas en una situación económica muy complicada. Esto les hace ver que pueden ser útiles”.
Las acciones en entornos normalizados se han incrementado de forma notable y se ha mejorado mucho en la inclusión a lo largo de los años, de hecho, “antes se nos veía como perceptores de ayuda y no como personas capaces de ayudar”.