Arrancó esta semana la recolección de olivas en el trujal Mendía de Arróniz con la esperanza de una cosecha “media” en la que se esperan alrededor de 9 millones de kilos, solo algo más de los producidos el año pasado en los que se vio mermada por las sequía y las diferentes olas de calor. Este año, la producción se ha mantenido a pesar de las precipitaciones tanto en la primavera como en el verano y sobre todo en otoño. Unas precipitaciones que han retrasado la maduración del la oliva “este año está llegando más verde pero el aceite a estas alturas ya está en la aceituna” aseguró Fernando Ezquerro, uno de los responsables técnicos de las labores de recepción y prensado de las aceitunas del trujal Mendía que este año ha seguido su ampliación del proceso de extracción del aceite con la instalación de una segunda línea de molturación que le permitirá cuando finalmente esté operativa la digestión de 300.000 kilos más al día que sumar a los actuales 340.000 que absorben las instalaciones hasta ahora con “lo que daremos más servicio”. Un proceso que podría hacer que la cosecha acabe este año para el 15 de diciembre.

Con todo, no se veía mucho movimiento en el trujal de Arróniz al que anualmente acuden alrededor de 5.000 socios que cultivan unas 2.800 hectáreas de olivares lo que supone una masa forestal de cerca de un millón de árboles de este cultivo especialmente en Tierra Estella, Zona Media y buena parte también de la Ribera de Navarra. “Antes nos sancionaban si la entregamos verde pero ahora dicen que es lo mejor para el aceite”, aseguró Guillermo Echeverría que este año ha vendido uno de sus dos olivares “uno tiene ya unos años y no estamos ya para trabajarlos”. Eso sí, en pocos día comenzará recoger las olivas de una finca de regadío que puso hace 25 años. 

La actividad del trujal de Arróniz en su segunda jornada se nutre de los olivareros con las variedades más tempranas. Es el caso de los hermanos Antonio y Fernando Jiménez, de Los Arcos, que llevan sus olivas picuales de su finca de Cardiel “esta variedad aquí es poco frecuente. Son árboles muy añeros : una año traen y al otro no”. 

Variedad Arróniz

Entre las variedades, la denominada Arróniz es la reina de este trujal, aunque estos días desde la cooperativa se ha pedido que se entreguen las más tempranas como la empeltre o la arbequina. Precisamente, Jesús Mauleón entregó 686 kilos de arbequina de 27 de sus olivos de la finca en el término Los Tocones de Agoncillo, donde tiene 38 de estos árboles. 

También Pedro y Javier Alegría, desde Arellano, traían en pequeños sacos su cosecha “hemos madrugado poco pensando en que habría niebla pero los árboles hoy no tenían humedad”, aseguraban padre e hijo que la cosecha procedía de los olivos de Arances que "algunos tienen 300 años y otros calculamos que cerca de mil”. La recepción gotea pequeñas cosechas que van llegando en coches o camionetas como la de Daniel Irigoyen que trae sus “empeltre desde el término de Galtxeru entre Cirauqui y Lorca”. Y es que de momento, no se han habilitado los centros de recogida que existen en numerosas localidades de la Zona Media por lo que los recolectores, tienen que llevar a Arróniz sus cosechas. 

De esta manera tan espaciada ha comenzado la recolección de la oliva, un cultivo que está viendo su desarrollo en los últimos años y que el año pasado alcanzó los precios más altos de la historia. “Esto nunca se sabe, puede que cuando se planten muchos olivos pase como con las viñas que luego tengamos que arrancarlas”, resumía un recolector que llevaba su cargamento de aceitunas tempranas "de macho" y no quería que apareciera su nombre.