En una sociedad con una población cada vez más envejecida, la práctica de ejercicio físico es la intervención más eficaz para retrasar la discapacidad y los eventos adversos que se asocian habitualmente al paso de los años. Por ello, el Ayuntamiento de Altsasu, dentro de sus políticas de envejecimiento activo, puso en marcha el pasado octubre Vivifrail, un programa multicomponente dirigido a la prevención de la fragilidad y las caídas en personas mayores.
Se centró en la población de entre 60 y 69 años para trabajar la prevención; una experiencia novedosa que ha superado con creces las expectativas iniciales. Y es que la previsión inicial era de 120 personas pero se inscribieron 220, 160 mujeres y 60 hombres. Por ello, se facilitó la participación en dos tandas, una de octubre a diciembre y otra de febrero a mayo de 2025, en grupos de 15 personas para garantizar una correcta supervisión.
“Está demostrado que este tipo de programa que combina entrenamiento de fuerza, resistencia, equilibrio y marcha es ejercicio físico más beneficioso en la persona mayor frágil, con mejorías significativas en la capacidad funcional, que es un elemento fundamental para el mantenimiento de la independencia en las actividades básicas”, incide Sara Salazar, técnica deportiva del Ayuntamiento de Altsasu. “El objetivo es que este programa tenga continuidad y poder ofrecer la experiencia a más personas. En un principio, la propuesta es realizarlo a partir de septiembre con personas de 70-74 años y así sucesivamente”, adelanta. .
A cada persona participante se le realizó una valoración inicial y una vez finalizadas las sesiones, 12 en total, se realizó una encuesta para realizar una nueva valoración. Y es que el objetivo de esta experiencia gratuita era mostrar los beneficios de seguir un programa de entrenamiento multicomponente, a través de unas sesiones guiadas, para que una vez finalizadas, las personas participantes sigan realizando ejercicio de forma autónoma, o si lo prefieren, se incorporen a grupos organizados. También transmitir los beneficios de llevar un estilo de vida activo. “Ha sido todo un éxito. Gran parte se debe a Adrián Claver Somocurcio, profesional de Atabo graduado en Ciencias de la actividad física y el deporte, que imparte las sesiones”, destaca.
Lo cierto es que la valoración de las personas participantes es muy positiva y han solicitado su continuidad, incluso han comenzado una recogida de firmas. “Ha sido una experiencia muy positiva y totalmente diferente”, destaca Javier Fernández, uno de los participantes. “Siempre he hecho deporte: fútbol, bici, gimnasio o monte, sobre todo ejercicio aeróbico pero no de fuerza”, observa este altsasuarra de 66 años. También incide en el ambiente del grupo y el trabajo de Claver. “Adrián nos ha llevado de maravilla. Nos corregía de forma sutil”, apunta Mª Ángeles Bergera, de 68 años. Además, esta experiencia le ha acercado al deporte. “Tenía fobia a hacer ejercicio pero ahora lo veo de otra forma, que no es para tanto y se pueden hacer muchas cosas. También me he apuntado al gimnasio y m encuentro mejor. Me gustaría seguir”, cuenta.
La principal característica de Vivifrail es que los ejercicios son adaptados a la capacidad funcional de cada persona, con un trabajo individualizado. “Al principio nos costó crear los grupos de trabajo pero han sido parejos y han funcionado al mismo ritmo dentro de cada uno”, explica Claver, al tiempo que destaca la implicación y compromiso de las personas que han participado en esta tanda.
Además, a lo largo de seis semanas se han empezado a ver los resultados. “Ha habido progresiones significativas y adaptaciones con las cargas de trabajo. No solo en fuerza, también en el equilibrio, flexibilidad y resistencia”, señala contento. También tiene palabras de agradecimiento para Mikel López por darle la oportunidad de ser parte del programa y por su total disposición.Y es que este altsasuarra, profesor del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra e investigador del grupo de Ejercicio Físico, Salud y Calidad de Vida (E-FIT) en Navarrabiomed-UPNA ha sido parte activa en este proyecto, llevado a cabo tras un convenio colaboración entre el Ayuntamiento de Altsasu y la UPNA.