Hace más de dos décadas, en 2004, se puso en marcha en Irurtzun la Escuela de Harrijasotzailes de Sakana, impulsada por la Mancomunidad de Sakana así como Mikel Lasarte, entonces presidente de la Federación Navarra de Herri Kirolak, y Xabier Igoa con el objetivo de fomentar este deporte en la comarca. Lasarte estuvo al frente de la escuela hasta el año pasado, cuando pasó el testigo a Jon Irañeta, que ha insuflado nuevos aires a esta escuela. Además se ha trasladado a Izurdiaga a un pabellón cedido por Lacturale. Asimismo, cuenta con más patrocinadores: Talleres chapa y pintura Goñi. Carnicería Urrutia y Toldos Berriainz. “Son imprescindibles en esta nueva etapa”, destaca Irañeta.

TRAYECTORIA

Y es que la escuela ha crecido y también los retos. “Viendo las posibilidades que nos da este barracón nos queremos meter a fondo en la escuela y hacerla crecer mucho más. Con la ayuda de los patrocinadores estamos remodelando el local para practicar más deportes de fuerza relacionados con los herri kirolak como yunque, txingas, levantamiento de carro y de fardo. Queremos visibilizar el deporte rural y animar a la gente a que vengan a probar”, insiste este irurtzundarra de 27 años.

En la actualidad se forman una decena de harrijasotzailes de diferentes puntos de Navarra. De éstos, Ane Cestau y Oskar Aguas compiten a niveles de Euskal Herria con muy buenos resultados. De hecho, el de Berriozar tiene la txapela de Navarra por tercer año consecutivo.

Cestau, por su parte, comenzó con la piedra hace dos años. “Desde pequeña he jugado a baloncesto pero me atraía el mundo de los herri kirolak, sobre todo el levantamiento de piedras. Acudí a la Federación en busca de información y me dijeron de la escuela de Sakana”, recuerda esta harrijasotzaile de Barañain de 22 años que rompe estereotipos en este deporte.

Ane Cestau entrena con Jon Irañeta con la esférica. Nerea Mazkiaran

HARRIJASOTZAILES

Son el espejo en el que mirarse de Iker Goldarazena, Iosu Martiarena, Mikel Lumbier, Iban Osés e Iñigo González , todos de entre 20 y 30 años, que procuran no perderse ningún entreno. Tampoco faltaron a la presentación de la escuela esta semana, junto a algunos de los patrocinadores. Estaban Juanma Garro, de Lacturale; Gari Goñi, de Chapa y pintura Goñi, así como Pablo García, de Toldos Berriainz. “El objetivo es doblar la cifra de deportistas para el año que viene”, apunta Irañeta al tiempo que anima a los ayuntamientos a que contraten herri kirolak para sus fiestas y ferias.

“En las plazas se genera muy buen ambiente y el público disfruta”, observa. Lo cierto es que el levantamiento de piedra, un deporte que como otros, nació del duro trabajo de los caseríos, necesita de la plaza para seguir vivo. Al respecto, Irañeta insiste en la importancia de mantener este deporte tradicional. “Es algo nuestro que no podemos dejar perder”, al tiempo que destaca el ambiente que se genera en los entrenamientos. Y es que forman una gran familia que se ayudan y comparten inquietudes, con una competencia sana. Desde la escuela todos son facilidades. “Tenemos chalecos para comenzar y piedras de todos los pesos para adaptarnos a todo tipo de participantes. Animamos a probar. Solamente hacen falta ganas, del resto nos encargamos nosotros”, incide Irañeta.

Los aizkolaris, con Jon Irañeta y Mikel Lasarte. Nerea Mazkiaran

Los entrenos son los lunes, martes y jueves, de 17.00 a 20.30 horas. Las personas interesadas pueden ponerse en contacto con la escuela a través del correo sakanakoharrieskola@gmail.com. Si bien el levantamiento de piedras sigue siendo un deporte minoritario, el auge de los deportes de fuerza, sobre todo el crossfit, ha acercado a algunos deportistas a este deporte. “Muchos ejercicios son compatibles con esta disciplina”, apunta Irañeta, quien a pesar de su juventud, cuenta con amplia experiencia, con dos campeonatos de Navarra y uno de Euskadi en 2020. Formado en la Escuela de Sakana y en la de Jesús Atxa, en Vitoria, durante cuatro años mientras estudiaba en la capital alavesa, es el encargado de coordinar la escuela y de establecer una rutina de entrenamientos además de diferentes labores administrativas y sobre todo, de fomentar este deporte desde la base.

FUERZA Y TÉCNICA

“La técnica es muy importante. Hace falta fuerza, tanto física como mental, pero a base de trabajar se puede llegar a obtener resultados. La piedra hace sufrir, como casi todos los deportes. Hay que aguantar”, observa. “Se suele empezar con bolas de 50 kilos para aprender a agarrar y sentir el peso de la piedra en el cuerpo”, apunta Irañeta, al tiempo que destaca la importancia de los calentamientos previos y la recuperación tras el esfuerzo.