- Miguel Oteiza es un tipo tranquilo. Se sienta al volante de la villavesa, normalmente la L4, y en primera línea de fuego le echa filosofía al asunto del coronavirus. "No soy aprensivo. Te lo coges, pues te lo coges, no sé cómo decirte. Al final es tu trabajo". Si todavía le echa más filosofía, puestos a verle ventajas a su situación, expuesto al bicho en una pandemia mundial, reconoce que "casi hasta te viene bien, porque estar todo el día encerrado en casa tiene que ser jodido. Currar te ayuda a salir. Eso, y que tengo perro", confiesa.

Cuenta también que en casa "mi mujer me dice, 'aquí no me lo traigas'. Y bromeamos un poco con el tema. ¿Qué vas a hacer?". Su mujer le comenta además que "'como te lo cojas, y como me lo pegues, a ver cómo hacemos'. Porque tenemos dos hijos, pero mayores ya y fuera de casa. A ver cómo nos apañamos en casa... esa es la preocupación. Más tampoco, que para estas cosas soy bastante tranquilo", añade.

Su inusual día a día lo lleva "sin mayores problemas. No me ha tocado ninguna aglomeración. En horario punta hay cuatro gatos. Como mucho habré llevado a 10 personas en un viaje". Visto lo visto, opina que la gente se está tomando en serio la cuarentena. "El domingo, el primer día con estas medidas, ya vi muy poca gente. La mayoría está respetando". Como consecuencia lógica del lógico descenso de clientela, "es un ritmo de trabajo muy tranquilo, de momento con horario normal... hasta te aburres. Por eso traigo el libro electrónico".

Este vecino de Zizur Mayor, natural de Villava y de 60 años -16 como chófer de Pamplona y su Comarca-, explica las medidas de prevención ante el coronavirus aplicadas en su trabajo. "Vamos con los autobuses articulados para evitar masificaciones. La gente entra por detrás, y ya se está acostumbrando". Aislar al chófer del viajero conlleva también "que no manejemos dinero. Y es muy importante porque puede transmitir el virus, e igual nos sirve para que el dinero deje de existir en la villavesa, como en otros lugares de Europa. La gente también está respondiendo, no me ha tocado ver picaresca de gente que dice no tener la tarjeta y te ofrece pagar en efectivo para librarse", esgrime.

También explica que "nos han solucionado, que no es poco", el problemón de los baños ahora que los bares están cerrados. La alternativa son las cocheras, parkings o gasolineras. Y reivindica, eso sí, que la verdadera solución, una pelea con la empresa muchísimo más vieja que el coronavirus, son "baños portátiles en las caberceras". Por último, aunque no ve en sus compañeros "excesiva preocupación", sí reconoce que "el miedo es libre y la aprensión de cada uno es distinta. El asunto es muy serio, hay que tomárselo en serio y hacer lo que se pueda". E "independientemente de los ERE, ERTE o lo que sea que la empresa pueda aplicar, sobre todo pedimos seguridad".

"En horario punta hay cuatro gatos; la mayoría de la gente está respetando"

Chófer de Villavesa