uchas gracias por todo. Qué bonito es encontrar gente buena en estos tiempos", escribe Txuma Martínez de Lizarrondo al correo electrónico de BaraZain. La gente buena y los agradecimientos abundan en estos tiempos, y las redes de cuidados vecinales son uno de los mejores exponentes. El de Barañáin es solo un ejemplo.

A las 24 horas de ponerse a funcionar ya eran más de 70 y ahora superan las 140 personas voluntarias -10 coordinan el servicio y realizan un seguimiento de cada caso- que atienden a más de 70 usuarios. En BaraZain hacen la compra, pasean a perros, colaboran con la cesta solidaria Saskia preparando lotes de comida, charlan y escuchan al teléfono... Por ofrecer, ofrecen hasta recetas y bertsos personalizados gracias al cocinero Jon Couso y la Bertso Eskola de la localidad.

Txuma vive en Mendillorri y no puede atender como le gustaría a una familiar de 90 años de Barañáin. Contactó con BaraZain vía mail y 20 minutos después ya tenía quien le echara un cable para las compras del día a día. Rebeca lo hizo por teléfono. En 15 minutos tres personas voluntarias ya se habían se habían comprometido a pasear a su cachorro Rocky "y así no tengo que salir yo. El servicio es muy bueno y la atención también. Estoy muy contenta con las chicas que me han tocado para sacar al perro. Muy a gusto con ellas. Muchísimas gracias", dice Rebeca.

Agustín y Natividad tienen 81 y 76 años, respectivamente. La pareja contactó por teléfono con BaraZain para informarse. Uno de los coordinadores, casualmente vecino, les ayuda desde entonces con la compra. "Estamos muy agradecidos. Sabemos que no podemos salir de casa por porque somos personas en riesgo, y si no fuera por vosotros no sé cómo hubiésemos salido adelante", le comentan por teléfono a la coordinadora Iraia Sesma.

Como la empresa de Igor Echarri está cerrada, "ahora mismo mi disponibilidad es toda". Este vecino de 31 años comenzó ofreciendo su ayuda en redes sociales. Más tarde supo de la existencia de BaraZain y contactó por correo. "Me contestaron al instante, me pidieron los datos, disponibilidad... Y me llamaron para decirme que una mujer necesitaba mi ayuda". Se trata de una vecina que antes salía y ahora se queda en casa, con síntomas del virus. Igor le lleva todos los días "mínimo pan y periódico". Cuando toca, también "alguna compra gorda, para no andar todos los días comprando pequeñas cosicas", dice. "No me cuesta nada, y como vivo solo tampoco expongo a nadie. Es como si fuese a trabajar, y encima estoy ayudando a alguien", confiesa. "Voy con mis guantes, mi máscara... ella pone una bandeja junto a la puerta y ahí lo dejo todo. Los dos metricos siempre los dejo", finaliza. A este respecto Iraia Sesma explica que el protocolo de actuación, elaborado por una voluntaria que es médica, se sigue "a rajatabla".

"Soy diabética y no puedo sacar a mi perro, y todavía me emociono cuando me acuerdo del primer día de confinamiento. Me vi sola con mi perrica y no sabía cómo iba a hacer", cuenta María Ángeles, que ha encontrado un apoyo "extraordinario" para pasear a Layka o hacer la compra. "Os aprecio mucho. Estoy encantada con los tres voluntarios y voluntarias que me pasean al perro, son muy amables. La perrica los reconoce, sale a la puerta emocionada y llora cuando se despiden. Han hecho una unión grandísima". Este tipo de iniciativas le hacen afirmar que "es un orgullo ser de Barañáin". Y Martínez de Lizarrondo, que sigue "desde la distancia" la labor desinteresada de este grupo con su familiar, les pone nota. "Un 10. Se dice que esta experiencia nos va a hacer mejores. Vosotros al resto ya nos lleváis ventaja".

Cuestionario previo. Las personas voluntarias responden a un formulario (si trabajan, dónde viven y si lo hacen con personas de riesgo) y asignan la ayuda a gente cercana, "en el portal de al lado, el de enfrente... se trata de evitar muchos desplazamientos", dice la coordinadora Iraia Sesma.

Contacto BaraZain. En el teléfono 644659113 (activo de 9 a 21.00 horas) o en 'barazain2020@gmail.com'.

Txuma Martínez de Lizarrondo, a los voluntarios.