Finalizó el serial taurino de Tudela con una exitosa función del Arte de Marilva, que dicen los portugueses. Lusos también eran los toros, aunque con vecindad navarra, en los campos ragueses de la familia Macua Corera. Balance positivo de la feria en muchas cosas y otras claras y a tiro para mejorar. Los toricos artístas, por ejemplo, tendrían que llegar con más tiempo y traer, además de clase, fuerza. Las presidencias...

Como pasó en Pamplona, Lea Vicens se presentó en Tudela y rompió una racha de 28 años sin que una mujer toreara en su Chata. La última fue Cristina Sánchez que el 25 de julio de 1997 cortó dos orejas al sexto toro de una corrida de Las Cadenas de Martínez Elizondo.

Sergio Domínguez cortó una oreja del abreplaza murubeño. Labor afanosa y con momentos de precisión y buena monta. En la suerte suprema fue alcanzada la montura sin consecuencias y el rejón cayó bajo y trasero, mas el toro dobló pronto y de ahí la oreja del calagurritano.

Lea Vicens estuvo aseada en el toro de su debut. El toro se aculó en tablas después de un pinchazo y no hubo forma de entrar a matar. Finalmente, dejó un pinchazo hondo que iba a valer. Uno de sus auxiliadores, intentando que el capote fuera el telón que tapara el engaño, metió la hoja de peral hasta el fondo. Los que se dieron cuenta, pocos, miraban a la autoridad foral para ver si sacaba la libreta de recetas. Parece que sí lo hizo. Mal, muy poco torero, el desplante de la francesa en la muerte del toro y después saludando. El infractor aún hacía gestos para que diera la vuelta al ruedo. Esperamos que haya multa y se sepa que ha pagado.

Guillermo ya arrancó las primeras ovaciones en el tercio de salida ante un buen mozo de nombre Caralimpia. Y cuajó una faena completa, aunque a menos porque el toro se fue apagando. Rubricó la puesta en escena con rosas y un par a dos manos. Tenía las orejas, pero se lio a pinchazos.

De cara se le puso a Domínguez la tarde ante el cuarto, al ya tener media puerta grande abierta. Este toro dio más juego y tuvo más fondo. Bien el calagurritano en banderillas, con quiebros y agilidad con Maestro. Sólo le faltaba matar bien, pero no lo hizo. No obstante, se le vio a Sergio otra vez bien metido en la profesión, concienciado y con buena cuadra.

Lea bien de salida toreando con gusto y soltura a dos pistas, yendo de frente y rematando las suertes. Todo limpio sin muchas apreturas. Plaza a plaza muy vistosa con su gran caballo Jocker. Mató regular. Una oreja se preveía a pesar de la larga muerte del toro y que le perdonasen un aviso, ¡pero dos! Guillermo cerró función y feria de modo triunfal. Faena total de principio a fin, medio rejón caído y atravesado. Por comparación con la gala, rabo. Y, debería; otra receta para los mulilleros.

Los toros

Rosa Rodrigues. Corrida bien de romana; menos en caras, con dos toros excesivamente gachos. Nobles y de buen son. A menos con falta de fondo. Los mejores, el quinto y el sexto.

Los rejoneadores

Sergio Domínguez. (De chaquetilla azul claro). 1º, rejón trasero y caído (oreja). En el 4º, tres pinchazos y medio rejón (silencio). l Lea Vicens. (De chaquetilla gris perla). En el 2º, pinchazo, pinchazo hondo que mete por completo uno de sus auxiliadores (saludos). En el 5º, pinchazo y rejón trasero (dos orejas).

Guillermo Hermoso de Mendoza. (De chaquetilla grana). En el 3º, tres pinchazos, rejón y descabello (saludos). En el 6º, rejón corto atravesado (dos orejas y rabo).

Las gradas

Presidencia. A cargo de Antonio Martín González, asesorado por Juan Ramón Díaz Sopranis (artístico) y Juan Ramón Yunta González (veterinario). Regaló de forma tan inesperada como increíble la segunda oreja a Lea Vicens y le perdonó uno o dos avisos en una interminable muerte del toro. Y el rabo de Guillermo... pues también.

Incidencias. Tarde de agradable temperatura y bastante aire. Buena entrada en Sombra y floja en Sol. Buen ambiente taurino y festivo. Y, otra tarde, soberbia la Banda Municipal de Música. Seis pasodobles, seis, soberbios en cada tercio de banderillas: Amparito y Ragon Fález en especial.