La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona ha aprobado una declaración de EH Bildu en la que el consistorio se compromete a que, a partir del 1 de enero de 2023, la ciudad cumpla la normativa y cuente tanto con la delimitación de las zonas de bajas emisiones (ZBE) como con directrices y regulaciones concretas en esta materia.

En un segundo punto, se insta al delegado de Área de Movilidad a que se convoque una Junta de Movilidad y se expliquen sus previsiones respecto a la implantación de ZBE en Pamplona o las condiciones básicas de su funcionamiento y abra la posibilidad a la participación del resto de los grupos y agentes sociales en la definición de esta figura.

Además, en un tercer punto, enmienda del PSN, se acuerda que en la próxima Junta de Movilidad se den a conocer las alegaciones que pretende presentar el gobierno municipal al proyecto de Real Decreto por el que se regulan las ZEB y se presente el plan que contempla el Área de Movilidad para la declaración y aplicación de una zona de bajas emisiones en Pamplona.

La declaración se ha aprobado con 6 votos a favor (EH Bildu, PSN y Geroa Bai) y 5 en contra (Navarra Suma).

Las ZBE son áreas en las que el acceso a determinados vehículos está restringido debido a sus emisiones, es decir, son medidas pensadas para mejorar la calidad del aire. Se circunscriben a un área amplia dentro de la ciudad, o incluso a la ciudad entera, y permiten la entrada a los vehículos que cumplen con los mejores estándares de emisiones. En algunas zonas de bajas emisiones de los vehículos más contaminantes tienen que pagar más si entran en la zona de baja emisión.

Las zonas de baja emisión reducen las emisiones de partículas finas, dióxido de nitrógeno y (indirectamente) el ozono. Estos son los tres principales contaminantes del aire de preocupación en Europa, los tres principales contaminantes del aire de preocupación en Europa. Estas emisiones se asocian en mayor medida con los propulsores alimentados por diésel, en especial con los más antiguos, por eso han estado en el punto de mira de las autoridades.

La ZBE puede ser permanente, como se decidió en el caso de Madrid y Barcelona, o temporal, dependiendo de los episodios de contaminación, como en el caso las existentes en Valencia o Sevilla.