as costumbres, los hábitos, la vida social o quedar con tu grupo de amigos son cosas que este año se han visto perjudicadas por la crisis sanitaria pero que poco a poco, y siempre con mucha cautela, vuelven a normalizarse. Y si alguien lo ha cogido con ganas esos son los miembros del programa En Buena Compañía de Lodosa, un grupo que nació a finales del 2012 en el marco del pacto comarcal por la conciliación de la vida familiar, laboral y personal y que impulsó el Consistorio con el fin de atender, visibilizar y socializar a las personas del municipio que presentan alguna discapacidad o que se encuentran en situación de dependencia.

El Ayuntamiento de Lodosa destina una subvención anual al programa pero los recursos materiales, la coordinación y el asesoramiento los ofrece Anfas desde la firma de un convenio. De hecho, Estíbaliz Hortaleza, responsable de esta entidad en Estella, explicaba que con el estado de alarma tomaron la radical decisión de suspender todos los servicios aunque "tratamos de seguir en contacto con las familias dándoles una especie de apoyo emocional. Fue algo impactante, una decisión difícil y dura pero que se hizo así porque conjugábamos el hecho de tener personas de riesgo y una amenaza real con el virus. La actitud de todos fue muy buena ante el confinamiento aunque es cierto que, en muchas personas, se ha notado un deterioro".

Tras el parón obligado en marzo no fue hasta finales de octubre, previa reunión con las familias para conocer su parecer, cuando los integrantes de En Buena Compañía, 6 voluntarios y 8 monitores en la actualidad, volvieron a quedar para realizar sus sesiones.

De acuerdo con Ana Ochoa, coordinadora del grupo lodosano, "todos teníamos muchas ganas de empezar y lo hicimos con dos actividades con las que disfrutamos al máximo"; la primera, que sirvió de reencuentro, consistió en una manualidad y en la proyección de una película aunque, tal y como aseguraba Ochoa, se impusieron las ganas de hablar y apenas la vieron. Y en segundo lugar, acudieron al cine que hubo en la casa de cultura y que organizaron desde el Ayuntamiento.

De hecho, Sagrario Torrija, una de las usuarias del programa aseguraba que "he pasado el confinamiento aburrida y ya tenía ganas de empezar las actividades y vernos todos".

Del mismo parecer es su amiga Eva Roldán, que añadía que "durante el confinamiento he estado en casa echando de menos que no había ocio y estoy contenta de retomar las actividades y de volver a juntarnos y a vernos".

Aunque las actividades de este año irán sobre la marcha, ya han realizado varias quedadas como, por ejemplo, la que hicieron con motivo del 25-N; pintaron de color morado y con frases reivindicativas los bancos de la parada de autobuses. Además, desvelaba Ochoa, en la última sesión pintaron botellas de cristal con la que todos quedaron deslumbrados.

"Este es su grupo de amigos, les vienen muy bien para interactuar, para ganar en confianza y en autonomía. Se sienten parte de un grupo y se relacionan socialmente. Hay muy buen rollo. Nos entendemos muy bien y conectamos a la perfección. Todos estamos en la misma sintonía, que es algo muy importante", apuntaba Ochoa.

Las actividades las desarrollan en la sala de usos múltiples siguiendo todos los protocolos tres sábados al mes, de 17.00 a 20.00 horas, aunque si hay algún evento organizado en Lodosa la fecha varía y se adapta para que participen en dicho acto.

Lo que sí que se ha quedado un poco paralizado son las acciones que el grupo estaba haciendo en centros, tiendas y comercios locales y que tan buena acogida y tanta visibilidad tuvieron el curso pasado.

Ahora, y de cara a Navidad, la idea es seguir con las sesiones aunque está claro que tendrán que variar con respecto a otros años. "Hay mucho por hacer, es un grupo con un gran potencial porque hay gente con mucha autonomía", finalizaba Hortaleza.

"Este es su grupo de amigos y les viene bien para ganar confianza y autonomía"

Coordinadora del programa

"Eché de menos el ocio. Estoy contenta de retomar las actividades y de juntarnos y vernos"

Usuaria del programa