Dicen que la infancia determina la vida de una persona. Lo cierto es que a María Pinto Balsera le marcaron sus vivencias en Altsasu, unos recuerdos y emociones que dio forma en poemas y relatos que ha recopilado en el libro Una vida entre letras. Con mucha ilusión, lo presentó la pasada semana en la villa, dónde pudo compartir muchos de aquellos recuerdos con las personas que se acercaron a Gure Etxea. El encuentro estuvo amenizado por la música de Eba Fernández Pinto y Rubén Ferreira Pinto. También se pudo escuchar un monólogo de Irene Villanueva, Yo, pecadora que provocó la risa del público.

Si bien nació en Esparragosa de la Serena (Badajoz) hace 66 años, antes de que cumpliera dos se trasladó con su familia a Altsasu, dónde vivió hasta los 30 años. Entonces se fue a Vitoria por motivos laborales. Allí, en un taller literario retomó una afición que cultivó en su adolescencia. “Estuve interna en Palencia un centro de huérfanos de ferroviarios desde los 11 a los 17 años después de que mi padre muriera arrollado en las vías”, recuerda.

Y todo lo que escribía tenía que ver con esta localidad de Sakana. “Mi profesora, Rosa Plazaola Fernández de Romarategui, me decía que tenía que volar”, cuenta, al tiempo que señala que también escribe otros temas que le interesan como la violencia de género y otras cuestiones sociales. “Me impactó mucho el caso de los chavales de Alsasua. Cuando organizaron un concurso de literatura escribí una poesía y gané”, apunta. Lo cierto es que lleva ganados 18 premios en diferentes certámenes entre los cuales destaca el que recibió en Zizur por El camino de Otai, lugar donde jugaba de niña y también el último trayecto camino del cementerio.

La idea del libro surgió en el grupo de Facebook Tú no eres de Alsasua, con más de 2.000 miembros. “Solía publicar algunas cosas que tenía escritas y varias personas me animaron”, apunta. Así, durante la pandemia se puso a poner orden en sus escritos y reunió una veintena de relatos y poemas, algunos revisados. “Al pasar los años ves los errores y les he dado una vuelta", observa.

A lo largo de 172 páginas, María Pinto desgrana momentos de aquella infancia y habla, a veces con ironía y humor, de gentes de Altsasu, de sus fiestas y costumbres. También de un modo de vida ya desaparecido. “El ganado andaba por la calle y los niños y niñas nos montábamos en el carro”, recuerda, al tiempo que señala que “Alsasua es un pueblo acogedor”. No en vano, vuelve siempre que puede. Es más, tal vez no se haya ido nunca.

Publicado por Ediciones Elnimbo, el libro se puede adquirir en Altsasu en las librerías Arkatz y Liburunda y también por internet en www.elnimbo.com al precio de 16 euros.

Poema a la plaza de los Fueros

Me encanta esa plaza sobre el aire, a media altura, a ras del suelo. En ella habitan miles de huellas mudas, de ida, y a veces, sin vuelta en el calendario.

Y, entre ellas, siempre el aroma pastelero que la engalana. Esa plaza que tiñe de solidaridad, ilusión y vida al alma alsasuarra.

Y en el recuerdo… su viejo y añorado kiosco, y aquel nogal centenario, ¡ya muerto!. Me encanta esa plaza sobre el aire, a media altura, a ras del suelo.