RONCESVALLES - La Asociación de Jubilados Nuestra Señora de Orreaga-Roncesvalles vivió el sábado su gran fiesta anual, la cual sirve de reconocimiento y agradecimiento a las personas mayores vecinas de los valles de Erro, Aezkoa, Arce y de las localidades de Orotz-Betelu, Auritz-Burguete, Orreaga-Roncesvalles y Luzaide-Valcarlos.

En su 23ª edición, el encuentro de hermandad entre los jubilados y jubiladas del Pirineo se inició a las 11 horas de la mañana en la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles, con una misa oficiada por el prior Bibiano Esparza y amenizada por los cantos de la Rondalla Virgen de las Nieves de Salazar. Una vez finalizada la ceremonia, se procedió a entregar los obsequios a los homenajeados, que consistió en un diploma grabado en plata, un trofeo y una flor.

Primeramente, Javier Goikoa, el presidente de la Asociación, llamó a las personas que este año cumplían sus bodas de oro y de diamante. En total, fueron diez bodas de oro y una boda de diamante. A continuación, fueron llamados al altar, aunque no aparecieron todos, doce mayores que durante 2019 han cumplido 85 años: cuatro hombres y ocho mujeres. Tras un cálido aplauso a los miembros de la Junta y un concierto ofrecido en la misma Colegiata por la Rondalla Virgen de las Nieves, los socios y sus familiares se trasladaron a Aurizberri-Espinal para poder continuar con la festividad. Alli?, en el fronto?n Ederrena de la localidad, 192 personas se reunieron para disfrutar de una comida de hermandad y, posteriormente, dieron por terminado el di?a tras unos bailables de la mano del du?o Marian y Ana.

Este homenaje es posible gracias a la labor de la junta de la asociacio?n y a la colaboracio?n tanto de los ayuntamientos y concejos de la zona como de la Fundacio?n Caja Navarra y Obra Social La Caixa, a quien Goikoa quiso agradecer en público.