el mar verde que se veía desde la Casa del Reloj inundando la plaza de Los Fueros de Tudela solo era comparable al día del inicio de las fiestas. No se había visto antes ninguna concentración en la capital ribera tan numerosa como la que se generó ayer en la IV Marcha Contra el Cáncer que organiza la Asociación Española Contra el Cáncer. Las 5.000 camisetas que habían preparado para venderlas para los participantes se acabaron una semana antes y hasta última hora de ayer se estuvieron vendiendo dorsales solidarios, cuyo número rondó los mil. De esa manera se volvió a batir de nuevo todos los récords de participación de los años anteriores que fueron de 2.500 (2016), 3.500 (2017) y 4.000 (2018) en las tres ediciones anteriores.

Junto a estas iniciativas, los tudelanos y riberos que se acercaron hasta la plaza para recorrer los 5 kilómetros, ofrecieron su dinero para que se dedique a la investigación en la lucha contra la cruel enfermedad.

La responsable de AECC en Tudela, Mamen Motilva, aseguró sentirse muy “emocionada y satisfecha” por la respuesta que habían dado los tudelanos. “No hay palabras para explicar lo satisfechos que estamos por la respuesta increíble de la ribera. Han venido más de 5.000 y si hubiésemos hecho mil camisetas más, las habríamos vendido también. Ha sido lo nunca visto. La concienciación de la gente por esta causa está siendo cada vez mayor. El cáncer toca en todas las casas y hay ganas de acabar con esta enfermedad a base de investigación”.

Motilva, pensando ya en el año que viene, señaló que prepararán más camisetas aunque, en principio, no será una cantidad muy superior a las 6.000. “Nos dan miedo los saltos porque a veces son un poco aventureros, pero si apostamos porque el año que viene haya mucho más. Bien es cierto que es igual porque a la gente no le importa la camiseta, sino dar su aportación”. La presidenta indicó que la participación de las empresas y los comercios de Tudela también fue muy superior a los años anteriores. El alcalde, Alejandro Toquero, señaló en su intervención que Tudela era “la mejor ciudad del mundo” por su solidaridad.