"Somos un grupo de tres músicos y pedimos apoyo para poder alegrar las calles de Tudela, a la vez que nuestros corazones, con pequeñas actuaciones de máximo una hora de duración, en diferentes zonas de la ciudad". Bajo esta premisa Iván Barquero, Andrés Onofrietti y Alexey J. Rodríguez (Ringo) han abierto una recogida de firmas tanto en Change.org como por las calles de Tudela para tratar de que el Ayuntamiento escuche sus peticiones y les dé alguna explicación de por qué desde hace tres semanas la Policía Municipal suspende sus actuaciones y les amenaza con multarles, amparados en una ordenanza que no existe. Los tres forman parte de la Orquesta Jamaica Show, que lleva un año sin poder actuar y, lo que es peor, sin poder desarrollar su forma de vida. Ringo a tenido que buscarse otro trabajo en carpintería metálica, mientras Andrés trata de vender alarmas de una marca muy conocida.

El alcalde, Alejandro Toquero, se ha comprometido a organizar un encuentro con la concejala de Hacienda, la de Cultura y el jefe de la Policía Local para tratar de encontrar una solución. "No sé qué más puedo hacer. Desde el primer momento he ido de cara, rellenando instancias, pidiendo permisos, consultando a abogados y tratando de hablar con el jefe de la Policía Local pero constantemente nos encontramos con un muro e incoherencias. Un agente te dice que es por el ruido, otro que por ocupación del suelo y nadie te soluciona nada", explica Iván.

El 7 de marzo de 2020 la Orquesta Jamaica Show celebró su último concierto. Fue en Valencia, en una celebración que se adelantó antes de que suspendieran las Fallas en previsión de la llegada de la pandemia. Desde entonces no han podido tocar, algo muy duro para músicos profesionales que, como en el caso de Iván, lleva toda su vida formándose y estudiando desde que entró en la Escuela de Música de Tudela con 6 años. "Habíamos tenido unas 25 actuaciones hasta ese día y lo normal es que el año lo cerráramos con más de 100, pero todo se cayó de repente, de la noche a la mañana". Tras el confinamiento vinieron los ERTES que se prolongaron hasta el mes de octubre.

Después de hablar con algunos parientes que en Zaragoza se ganan la vida como músicos de calle, pensaron en tratar de salir en Tudela para lo que comenzaron a consultar con abogados y con el propio Ayuntamiento para saber qué tenían que hacer y qué permisos debían pedir. "Llamé a la Policía Local y pregunté por la legislación que existe para poder tocar en la calle y me dijeron que no había nada, que únicamente, por la covid, que mantuviéramos las normas sanitarias y que si algún vecino se quejaba 'deberéis iros a otro lado'". La otra opción que era alquilar el teatro Gaztambide les resulta inviable ya que el alquiler supone un coste de más de 3.000 euros, una cantidad que es imposible recuperar con los aforos tan limitados como los actuales. "Tendríamos que cobrar las entradas a precios más altos que el mismo Luis Miguel", sonríe Iván.

Así, el domingo 28 de febrero colocaron sus instrumentos en la plaza Nueva y no tuvieron ningún problema. Pero comenzó a llover y se trasladaron a la plaza de Yehuda Ha Leví, donde aparecieron varios agentes de la Policía Municipal. "Nos dijeron que necesitábamos autorización por ocupación de vía pública", así que Iván volvió al Consistorio el lunes para hablar con el departamento de Hacienda, donde el funcionario le dijo que "no entrábamos en ningún supuesto. 'No vendéis churros, no es un quiosco de chucherías. No puedo hacer una tasa porque no entráis en ningún supuesto. Haz una instancia en la que expliques lo que hacéis para ver si os conceden una licencia'", le explicaron. Pero tras hablar con abogados y amigos policías se dio cuenta que no era necesaria ya que no existe ninguna legislación al respecto.

PROPUESTAS DE SANCIÓN

Hicieron otra actuación y de nuevo la Policía Municipal acudió para impedirlo y les indicaron que tenían varias propuestas de sanción. "He intentado hablar tres veces con el jefe de la Policía Municipal y no hay manera, me niegan esa posibilidad. No me pueden poner esa sanción porque no existe tal ordenanza. Los policías que acudieron la tercera vez me dijeron, tras hablar con su jefe, que si recogíamos los instrumentos y nos íbamos no tramitarían la denuncia. ¿Por qué necesito una autorización para tocar en la vía pública si no es ilegal?", se pregunta Iván.

La sensación de que "la música parece estar criminalizada" ha sido el detonante para abrir la petición en la plataforma Change.org. "Hemos recibido muchos apoyos. La gente nos dice 'nos alegráis la calle', nos llegan incluso peticiones por las redes de algunos negocios para que vayamos a sus terrazas a tocar'", indica Andrés.

Tras semejante esfuerzo y sentir que les envían de un sitio a otro, Iván Barquero solo espera que "Toquero cumpla su palabra" y se trate de buscar una solución para que puedan volver a tocar. "Si no hay legislación en Tudela tendrán que dejarnos y crear licencias para poder tocar, acotando lugares, horarios... como han hecho en otras ciudades. Yo tengo un boceto copiando ideas de Zaragoza y cogiendo su legislación para cuando nos llamen a la reunión. Más no sé qué puedo hacer y no puedo ir más de cara, pero nos hemos encontrado con una pared y nos han vuelto locos con tantas incoherencias". No descartan volver a la calle si a corto plazo no les dan una solución.