El planteamiento de la renovación del contrato del entrenador –al margen de los marcadores puntuales de una jornada o de batacazos como el de ayer ante el Mallorca– trae asociada una pregunta que rebasa los márgenes deportivos: ¿cuánto puede durar el ciclo de Arrasate en Osasuna? La vida media de un técnico que mantiene cierta regularidad de resultados y objetivos puede ser de dos o tres temporadas, cuatro siendo generosos.

Pero rebasados los cinco años en el mismo puesto de trabajo hablamos de otra cosa. Estamos ante la asimilación del entrenador como piedra angular del proyecto, referencia ideológica, líder del grupo, imagen del club, portavoz del mensaje y ejemplo dentro y fuera de la casa. Osasuna acertó con Arrasate y Arrasate acertó con Osasuna. Todo el mundo entiende que, lanzada la propuesta de manera oficial, no debe haber problemas de calado (salvo una irrechazable oferta económica de otro club) para que después de enero o después de marzo o cuando él lo crea conveniente, el inquilino firme la ampliación de contrato. En este caso estaríamos ante el segundo ciclo más largo de un entrenador en la centenaria historia de Osasuna.

La pregunta que planteo al principio, y que recoge también la voz de la afición, no tiene que ver ni con el trabajo ni la capacidad ya demostrados sino con el desgaste que implica una relación tan larga y tan intensa, sobre todo en un grupo numeroso como es la plantilla de un equipo de fútbol, con personalidades fuertes y hasta diferentes culturas deportivas. Un colectivo en el que hay que renovar periódicamente los alicientes entre los que más juegan y mantener vivas las expectativas de quienes tienen menos minutos. Una labor en muchas ocasiones de psicólogo. Algo que ya puso ayer en práctica en Palma, agitando la alineación, pero que no le terminó de funcionar. De todas formas, Arrasate ya ha acreditado su buena mano en estas tesituras: desde el retorno a Primera ha superado con nota las semanas de crisis y ha actuado con moderación a la hora de dar salida a jugadores que fueron relevantes (Oier y Roberto Torres) y abrir espacio, sin urgencias, a los chicos de la cantera. El entrenador tiene 45 años y no da señales de fatiga (otra cosa es que haya partidos en los que la toma de decisiones no sea afortunada). Un punto relevantes a su favor es la buena sintonía con el director deportivo, Braulio Vázquez, y el secretario técnico, Cata Prieto. Ambos tienen contrato hasta 2026 y han rechazado ofertas muy interesantes de otros clubes, lo que también puede dar una idea de por donde irán las negociaciones con Arrasate y hasta dónde puede alcanzar el nuevo periodo de ampliación.

Dicho esto y superado el concepto de ciclo, Arrasate está llamado a ser un entrenador de época en Osasuna, como en su día lo fue Pedro Zabalza, encarnando una forma de ser y un estilo de juego. Un periodo en el banquillo que podría acercarse a los 10 años y que ya tiene el aval de haberse sostenido con el equipo hundido en la clasificación. Incluso iría más lejos y me atrevería a decir que Arrasate se irá antes de que, como al resto de sus colegas, le echen los malos resultados.

Confidencial

Pablo Ibáñez ‘ficha ‘por Tainta y Oyaga. Las agencias de representación mueven ficha. El centrocampista Pablo Ibáñez, que hasta ahora iba de la mano de Seven Dreams Soccer, ha fichado por GIDOT Sport, empresa encabezada por Félix Tainta (agente, entre otros de los hermanos Williams) y Juan Oyaga.