No resulta fácil nivelar la balanza municipal y acometer inversiones y proyectos de interés público si previamente las administraciones no se obtienen los recursos suficientes. La vivienda es una necesidad social pero también se convierte en una suculenta fuente de ingresos cuando hablamos del suelo. Lo sabe bien el Ayuntamiento de Pamplona que acaba de anunciar un cambio en el planeamiento de Lezkairu (Plan Especial) para poder transformar a residencial los usos terciarios previstos en las entreplantas de los nuevos edificios proyectados en la Plaza Maravillas Lamberto limitando la actividad comercial a la planta baja.
El cambio urbanístico supondrá ganar entre 40 y 50 VPO en alquiler joven al proyecto inicial donde iban alrededor de 256 libres e incrementar así el número total de viviendas hasta 300 en una unidad donde también está previsto el nuevo Civivox del barrio. Es decir, la propuesta del equipo de gobierno es hacer un nuevo bloque de vivienda protegida. Hasta ahí ninguna pega. Pero como todo el solar es del Consistorio -que entró como un propietario más y no tiene obligación de reconvertirlo para VPO (al revés sí que estaría prohibido)- tiene una ocasión de oro para subastar los terrenos al mejor postor. Teniendo en cuenta a cómo se venden las casas en ese barrio se puede una imaginar lo rentable que es la operación. Y es ahí donde me desconcierta un gobierno de progreso.
Al despatrimonializar suelo público donde se pueden impulsar viviendas accesibles bajo mil fórmulas. 200, 300... Cambiar libre por VPO. Me dirán que de algún lado hay que sacar dinero, que es de tontos no vender esos solares de oro, que vivienda social ya se está haciendo y se va a hacer en otros suelos de otros barrios periféricos como Arrosadía, Buztintxuri, Etxabakoitz Norte o Txantrea Sur y que UPN jamás lo hizo... incluso los vecinos podrían preferir mantener el nivel de barrio elitista por decirlo de algún modo y que no se devalúen sus pisos... Pero yo creo que ningún solar municipal debería venderse por muy céntrico que sea. O precisamente por estar al lado del centro, para los jóvenes. Es una inversión a futuro aunque sea cedido a promotores privados pero sin soltarlo.
Desconozco el origen de este suelo. Al parecer la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento es la propietaria de las parcelas tras adquirirlas al propio Consistorio en 2009 (con UPN al frente) en una operación contable “anómala”. Vamos que el Ayuntamiento tuvo que comprarse a sí mismo unos bienes para cuadrar sus cuentas en plena época de la especulación inmobiliaria cuando la vivienda era una negocio en manos privadas. Y Lezkairu el caramelo. Quince años después las políticas de vivienda han cambiado y sin embargo las reglas del juego siguen siendo las mismas para el mercado del suelo. A nadie le asusta que viviendas al lado del centro de la ciudad cuesten más de medio millón de euros. ¿Cuánto van a valer las que se hagan en suelo municipal? ¿Vamos a alimentar la burbuja inmobiliaria? Con el dinero que se obtenga de la venta de parcelas este Ayuntamiento pretende acometer el próximo año equipamientos de barrio o actuaciones de peso como el paseo de Sarasate o el Centro de Interpretación de la Pelota Vasca. Habría que preguntarse si realmente merece la pena revisar el número de proyectos y apostar de una vez de forma decidida por la vivienda pública.