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Mesa de Redacción

Joseba Santamaria

Mucho cansancio

Este tiempo parece traer bajo el brazo un tiempo de cambios profundos

Mucho cansancioEFE

Los tiempos cambian. Siempre están cambiando, ya lo cantó El Maestro. Y este tiempo parece traer bajo el brazo un tiempo de cambios profundos. Cambios peligrosos para un tiempo nuevo de tiempos peligrosos. Ni siquiera es pesimismo. Más bien, cansancio. La crisis se ha instalado entre nosotros de forma permanente y solo muta de una crisis a otra y las consecuencias humanas se endurecen o apuntan a peor conforme pasa el tiempo.

Cansancio de ver cómo caen gobiernos, cómo se sustituyen políticos elegidos en las urnas por tecnócratas designados a dedo para dirigir la política y la economía o, peor aún, por el regreso de los dogmas que ya arrasaron este mundo por boca de payasos o idiotas que tienen en su mano las decisiones más importantes del mundo y el presente y futuro de millones de seres humanos. sin que la sociedad tenga influencia alguna. Cansados de asistir atónitos y como meros convidados de piedra a un cambio radical de las reglas del juego en favor de unos pocos poderosos y sus amigos de las elites y oligarquías políticas o empresariales. Cansados de ver cómo se cumplen una tras otras las exigencias de los gurús del capitalismo de recortar los derechos sociales y laborales del Estado de bienestar en un camino en el que cada nuevo mañana se prevé desolador.

Todos los altavoces del pensamiento único mercantilista en el económico y reaccionario y autoritario en lo político insisten en que el futuro inmediato exige nuevos sacrificios humanos al dios dinero como único remedio. Cansados de ver cómo las decisiones del nuevo orden mundial se manejan desde los hilos de la economía especulativa para rellenar bolsillos privados con miles de millones de euros públicos de un día para otro. De asistir cada día a imágenes de violencias y muerte. Cansados de comprobar cada día el nivel de ineptitud y mediocridad de buena parte de los dirigentes políticos de una ideología y de otra y de aquellos que además de ineptitud y mediocridad exponen en público sin sonrojo sus inalcanzables niveles de miseria moral.

Cansados de escuchar a nuestros políticos más cercanos cómo se cruzan acusaciones, reproches, insultos y como se malmeten unos a otros en una alocada carrera por recuperar el poder perdido. Cansados de ver cómo se agota el tiempo de las estabilidad en el mundo y se acerca el abismo de la inseguridad y la inquietud. Cansados de asistir al asalto total de los recursos naturales y a la explotación de millones de seres humanos en esa alocada carrera por arrasar con todo para hacerse con los restos del planeta. Todo cada vez más cerca.

Cansados de ver el ejercicio de hipocresía política que anida en el debate público. Cansados de ver cómo la corrupción y el pelotazo anidan en las noticias de cada día. Cansados de ver cómo el despilfarro como método de gestión y de propaganda política se encubre ahora con recortes de libertades políticas y derechos civiles. Cansados de observar cómo las democracias que, aún con todos sus defectos, son el último clavo al que aferrarse para mantener unos principios y un orden internacional que priorice la ética humanista, los derechos humanos y la justicia social están siendo borradas del mapamundi político. Mucho cansancio. Y cansado, también, de despedir a amigos y amigas. Mari, goian bego.