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Crímenes de 'pobres' y 'ricos'

El caso de Isabel Carrasco levanta tremenda polémica y muchas preguntas, algunas escabrosas y que, a mi entender, no deberían ni plantearse. Que si lo tenía merecido, que si se lo buscó, que si debería servirle de escarmiento a muchos políticos, que si debería haber más ciudadanos como las autoras de este horrible crimen, que si?, que si?, que si? Sin embargo, lo realmente penoso de todo esto no es el crimen cometido en sí. Esto es penoso, muy penoso, para la familia, los amigos, los allegados a la víctima. Pero penoso para nuestro país es que esto llene páginas y páginas de periódicos y días y días de telediarios, cuando no ocurre lo mismo con víctimas, muchas también mortales, de la crisis, mejor dicho de nuestra putrefacta clase política y sistema financiero. ¿No es igual de escabroso el hecho de que tanta gente pierda sus casas o todos sus ahorros después de una vida de esfuerzo y trabajo honrado? ¿Qué tantos niños pasen hambre y necesidades cuando realmente son los que menos culpa tienen del estado desesperado en el que nos encontramos? ¿Que miles de políticos y altos cargos se estén llenando los bolsillos con el sudor, el esfuerzo y en muchos casos hasta con la vida de los españoles? Las autoras de este horrible crimen serán juzgadas y seguramente no podrán escapar a la condena que se les imponga, como es de ley. Lo realmente triste es que con los otros criminales, los que nos dejan sin casa y sin un duro, los que nos quitan la vida, los que hacen que nuestros hijos tengan que comer pan con pan, no lleguen nunca a cumplir la condena que deberían cumplir por sus crímenes y su insaciable ambición por tener cada vez más, cueste lo que cueste y caiga quien caiga.