Hace 36 años, un 4 de septiembre, un grupo de vascos y vascas abertzales tomaron la determinación de fundar un nuevo partido político en Euskal Herria. El mismo se constituyó bajo los ideales de la socialdemocracia, y con el firme propósito de trabajar por la consecución de un proyecto de unidad en la acción, en defensa del derecho a decidir qué le corresponde al pueblo vasco y teniendo como objetivo final la constitución de un Estado vasco independiente.

Si repasamos el accionar político de Eusko Alkartasuna podremos encontrar que tanto sus militantes, como sus dirigentes, han trabajado siempre con el objetivo de establecer un espacio de diálogo entre las fuerzas abertzales, y de esta manera construir un polo soberanista que pueda avanzar por medio del diálogo junto con otras formaciones políticas a la resolución definitiva del contenciosos vasco.

Seguramente, cuando pase el tiempo prudente que la historia requiere, y como parte de una especie de balance de gestión, será reconocida la labor desarrollada por Eusko Alkartasuna por Euskal Herria, cuya finalidad fue privilegiar siempre la construcción de la nación vasca sobre los intereses partidarios.

Hoy el mejor homenaje que le podemos realizar a Eusko Alkartasuna es redoblar nuestro esfuerzo militante, tejer los mimbres necesarios en el campo abertzale, seguir trabajando para lograr cambios en la política penitenciaria, internacionalizar el conflicto político vasco, acompañar a las naciones hermanas (Catalunya y Escocia) en sus procesos soberanistas, militar, ante la sordera de los Estados, en la construcción y desarrollo de la “vía vasca hacia la independencia”, y luchar, con el convencimiento que nos da nuestra historia y la razón, para lograr cristalizar los objetivos soberanistas de Euskal Herria.