Por fin, parece que el Mosad, tan perspicaz, ha descubierto el brazo armado de Hamas, Las Brigadas Ezzedin-al-Quassan, lo que salvará a Netanyahu. La componen niños descalzos, mujeres embarazadas, con hijos pidiéndoles comida, y multitud de ancianos tullidos. Es la imagen de los crueles combatientes de Hamás camuflados preparando operaciones terroristas. Constituyen el objetivo fundamental del ejército de Israel, pues las bajas de niños y niñas se elevan a 15.000 y las mujeres y ancianos incontables provocando la hambruna. 

EEUU y la UE, entre los países civilizados, condenan a estos terroristas palestinos, pues han suspendido sus limosnas a UNRWA, Agencia de las Naciones Unidas, porque el Mosad ha descubierto que 10 miembros de los 33.000 que realizan trabajos humanitarios en Gaza colaboran en actos de terrorismo lanzando piedras contra la tropa sionista, como denuncian Biden, Scholtz, Macron, Sunak y Von der Leyen. 

España, sin embargo, muestra su gran solidaridad aportando 3 millones de euros, para ayudar a los palestinos con una mano y con la otra suministra armamento y munición al Tzahal. Sánchez sabe adar y guardar la ropa. Además, CAF participa en la construcción de la Línea Verde y la Roja del Metro de Jerusalem, comunicando colonias instaladas en territorios palestinos ocupados. 

La sensibilidad mundial en favor del pueblo palestino es multitudinaria, pues el Consejo de Seguridad de la ONU ha pedido varias veces un alto el fuego denunciando el genocidio del pueblo palestino, pero el cinismo de Biden las veta toda y la UE se limitan a declaraciones cándidas, lo que estimula la sed de sangre de Bibi Netanyahu que asegura que continuará la destrucción hasta hacer desaparecer el pueblo palestino acribillando a niños, mujeres y ancianos, los terroristas de Hamás provocando la hambruna y bombardeando hospitales y escuelas. 

Sudáfrica, valientemente, ha denunciado el genocidio ante la CIJ, condenado a Israel, aunque sin exigir el cese permanente, lo cual equivale una vez más a que el sionismo siga incumpliendo las resoluciones de la ONU y de la CIJ. “Quosque tándem aburere, Catilina…?”.