Vivimos  momentos de incertidumbre, de desconcierto, de conflictividad, en el mundo pelotazale. Acontecimientos recientes, vividos hace apenas unas semanas en Iruña / Pamplona, así lo confirman.

El hecho desencadenante no resulta, por desgracia, novedoso. 

En la Asamblea de la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV), celebrada el día 28 de diciembre pasado, se admite la presentación de una solicitud de admisión, de pleno derecho, en el ente federativo, por parte de la Federación Vasca de Pelota. La solicitud es aprobada por el organismo FIPV.

Tanto la solicitud como su presentación en el orden del día, el procedimiento seguido para la votación, los miembros con derecho a voto y los excluidos de la misma, la falta de transparencia, las dudas sobre la legalidad, de los actos realizados…todo ello en un ambiente de confrontación y de descalificación mutua de las partes afectadas de uno y otro lado, terminan finalmente en la impugnación y denuncia de la asamblea ante los órganos competentes de Justicia.

 ¡Y aquí nos encontramos!.

Napike, tal y como rezan sus estatutos: “Asociación para la conservación, fomento,  y difusión de los valores culturales, deportivos y educativos de los Juegos Vascos de Pelota (JVP) en el mundo”, se siente afectada pero no implicada en esta problemática situación.

 Y como consecuencia, lejos de mantener una “falsa equidistancia” en su posicionamiento, nos sentimos en la responsabilidad de explicitar nuestro punto de vista ante esta grave coyuntura que afecta directamente al “ámbito orgánico” del mundo de la pelota vasca, es decir a sus estructuras federativas, empresariales… y en definitiva al aficionado. 

El punto de partida de nuestro análisis es claro y nítido: la naturaleza del conflicto es netamente política y, en consecuencia, la vertiente deportiva es claramente instrumentalizada en función de los intereses y estrategias personales y corporativas de una y otra parte.

Los pelotazales asociados a Napike tenemos claros nuestros principios fundacionales, nuestros objetivos, nuestro propósito y nuestros criterios de actuación en la defensa de los valores patrimoniales culturales y educativos de los JVP, como acabamos de señalar antes.

Nuestro compromiso en la defensa de estos valores, que son patrimonio cultural universal de las tradiciones deportivas de los pueblos, queda nítidamente reflejada en el ámbito internacional de UNESCO, organismo máximo que los sanciona y protege. 

A ellos nos atenemos, y tendemos la mano con sinceridad a cuantas personas, asociaciones y organismos estén dispuestos, sin a prioris y censuras ideológicas previas, sin exclusiones políticas e identitarias, y que estén dispuestas a salvaguardar, desarrollar y difundir nuestros queridos Juegos Vascos de Pelota.

Nuestro lema fundacional es: Unidad en la diversidad. En este sentido, y a la espera de que, tras la resolución judicial pertinente, proponemos a todas las instancias involucradas en Navarra:

• Una actitud de diálogo abierto y sincero para el entendimiento mutuo y el análisis correcto de la situación, que redunde en beneficio de los JVP.

• Una implicación directa de Napike y el trabajo conjunto de todos, para la consecución  del gran proyecto emprendido de situar a Pamplona como capital mundial de los JVP.

 • Que el Centro de Interpretación, Formación e Investigación sea referente simbólico de la Marca Navarra identificada y reconocida internacionalmente.