El señor de los viajes
¿Recuerdan a Frodo y a Sam en su viaje al Monte del Destino? El objetivo era claro: destruir el anillo y regresar a casa. Muchos jóvenes hemos vivido la experiencia de trabajar en un país extranjero y luego volver a casa. Viví durante tres años en Inglaterra y un año en Francia, y a cada regreso, la ciudad parecía la misma: mis amistades seguían aquí y mi familia no se había movido.
Sin embargo, las vivencias que experimenté fueron tan intensas que la Comarca ya no se sentía igual. El sentimiento de pertenencia se desvanecía, y mi identidad se transformó hasta el punto en que quedarme en la ciudad que me vio crecer dejó de ser una opción.
Cuando el mundo es tan grande, los problemas de un lugar parecen pequeños, y los asuntos que antes ocupaban espacio en mi día a día ahora me resultan ajenos, lejanos.