El primer debate del estado de la nación de la era Sánchez… y el último, según se albrician los opinateros diestros. En las horas previas, toca calentarlo con la prosa acostumbrada, que empieza, como van a ver, en los encabezados. Dos de cada tres títulos son jacarandosos juegos de palabras.

"Sánchez demuestra ser cada vez más rehén de fuerzas independentistas empeñadas en destruir España, que lo apoyan solo porque lo saben débil"

Isabel San Sebastián

Estado de la nación: crítico”, es con el que se ha adornado Isabel San Sebastián en ABC. Dentro, el habitual sopicaldo de sapos y culebras, con ETA como perejil indispensable: “Sánchez demuestra ser cada vez más rehén de fuerzas independentistas empeñadas en destruir España, que lo apoyan solo porque lo saben débil y son conscientes de que otro líder rehusaría rebajarse a pagar su chantaje infame. El paradigma de esta genuflexión es la 'Ley de Memoria Democrática', acordada con los representantes de ETA y que les entrega el relato de la Transición, pero los ejemplos son innumerables”.

“Su Pedridad lo que quiere es llegar al final de la legislatura, aunque sea a costa de lamerle todavía más las botas ensangrentadas a Bildu"

Miquel Giménez

Con prácticamente la misma quincalla, Miquel Giménez se curra su descarga en Vozpópuli titulada “Debate del Estado de lo que queda” (guiño, guiño; codazo, codazo). Un párrafo basta para hacerse una idea: “Su Pedridad lo que quiere es llegar al final de la legislatura, aunque sea a costa de lamerle todavía más las botas ensangrentadas a Bildu o poniéndole un pisito coquetón en Las Vistillas a Puigdemont. Jamás se ha visto una amoralidad de tal calibre en nuestra democracia”.

“Los nacionalistas y los comunistas son insaciables, sobre todo frente a un Gobierno débil que todo lo concede"

Jorge Vilches

En el mismo chiringo digital, Jorge Vilches trata de empatar en creatividad y bencina. Su pieza lleva por título “El debate sobre Frankenstein” y contiene brochazos como este: “Los nacionalistas y los comunistas son insaciables, sobre todo frente a un Gobierno débil que todo lo concede a cambio de que el Presidente se quede un rato más en Moncloa. Sánchez incluso regala el relato cuando sus socios no lo piden, que eso fue el decir ‘España y Euskadi son dos países en paz’”. La dichosa frasecita, otra vez…

El estado de la nación es… crítico”, jijí-jajea Rubén Amón en El Confidencial. Total, para soltarnos idéntica macedonia que sus predecesores en este inventario de entrecomillados: “El Estado es él. Por eso la salud del Estado es tan precaria. Y, por la misma razón, el debate avergüenza la gestión del sanchismo en sus cuatro puntos cardinales: la inanición institucional, la crispación de la sociedad, la crisis económica y la ilusión o la ficción de haberse resuelto las tensiones territoriales y soberanistas, cuando, en realidad, el Gobierno se ha limitado a ejecutar los chantajes de ERC y de Bildu”.

En La Razón, José Antonio Vera se presenta al concurso de encabezados chisporroteantes con este: “Estado de calamidad”. Y sí. Lo han adivinado. En la letra pequeña también aparece Bildu: “Nadie entiende que el Gobierno siga haciendo caja a costa de la inflación. Ni que no elimine ya, como en Brasil, el impuesto a los carburantes. El estado de la Nación no es tan color de rosa como lo pinta Yo-Yolanda. Avanzamos sin freno hacia la ruina económica. Andalucía dio un toque de atención. Sánchez prefiere mirar a Bildu”.

“Sánchez, políticamente, es un cadáver irreversible, que se va descomponiendo en directo como una momia metida en formol barato"

Antonio R. Naranjo

Antonio R. Naranjo aborda la cuestión en El Debate (valga la redundancia, cabría decir) metiéndose a certificador de defunciones: “Sánchez, políticamente, es un cadáver irreversible, que se va descomponiendo en directo como una momia metida en formol barato y deja un olor a muerte progresivo agravado con cada palabra, cada decisión, cada silencio, cada exceso”. ¿Y nada de Bildu? Pues, sí. Y de ERC y más: “El destierro de Juan Carlos I, la entrega a Bildu, los indultos a ERC, el desdén a la Corona o el acoso a la Justicia responden al plan de Sánchez de demoler la Transición para adaptar la historia a sus abusos, coronados en Ermua”.

Y como bocado final, les varío radicalmente la dieta y les dejo tarea para este día de termómetros reventados que nos espera. A ver si son capaces de responder a las preguntas que se hace Pedro García Cuartango en ABC: “¿Fue la biografía de Wittgenstein una cosa en el caso del mundo? ¿O fue un individuo con una dolorosa subjetividad que sublimó en la lógica?”. Eso sí que es un asunto de debate, y no lo del Congreso.