Camisetas del Barça - Fenómenos para los estudiosos de la oftalmología. El ojo derecho miraba a la jauría bolsonarista asaltando las sedes de los tres poderes brasileños, y veía la Catalunya de 2017. “Las imágenes procedentes de Brasil son intercambiables con algunos de los episodios ocurridos en España durante ese fenómeno llamado “procés”. Basta con sustituir las camisetas futboleras por las capas con la bandera separatista o las elásticas del Barça con las cuatro barras”, pontificaba Pablo Planas en Libertad Digital. Y cucagamarreando al límte, remataba: “Pero a diferencia de Brasil, aquí ya no es delito asaltar las instituciones democráticas”.

Golpista eres tú - En El Mundo, Jorge Bustos se apuntaba al teorema de la portavoz popular, si bien lo vestía con su fina prosa: “La gran ventaja del golpismo es que los golpistas son siempre los demás. Por eso un progresista puede condenar enérgicamente el golpe de los bolsonaristas en Brasil y a la vez condescender paternalmente con los tiernos cachorros de ERC y Junts que apedreaban policías y ocupaban aeropuertos. Desórdenes públicos, ya se sabe; que es como decir que el asalto de Brasilia en realidad inauguraba el carnaval de Río”.

La democracia en peligro - El editorialista de El Debate hiperventilaba, si cabe, una gota más y titulaba su pieza “La democracia no solo peligra en Brasil, también en España”. Para apuntalarlo, Antonio R. Naranjo, uno de los latigadores del diario digital ultracatólico, añadía: “Y cuando ven un golpe de verdad, como el que en España encabezó la Generalidad de Cataluña en 2017, indultan a los delincuentes, derogan sus delitos y se preparan para legalizar sus objetivos. Porque hay golpistas buenos y golpistas malos. Y basta con cambiar el lenguaje, reformar el Código Penal y asociarse con los insurgentes para que se obre el milagro y la victoria, por lo civil o por lo militar, quede asegurada”.

“Antes fue aquí” - Y en La Razón, el exministro de la Kitchen, Jorge Fernández Díaz, aportaba su demasía sin olvidar nombrar a todos los malos oficiales: “El PSOE frente populista del sanchismo, con ERC, Bildu y Podemos, está radicalizando la política en España y creando este caldo de cultivo reactivo que vemos en Washington y Brasilia. Pero antes fue aquí, no se olvide”.