En los tiempos que corren es difícil encontrar un proyecto que concite unanimidad entre las fuerzas políticas del Parlamento foral. Difícil, pero no imposible. Este es el caso de la ley foral de áreas de promoción económica. Pero, ¿qué son estas áreas? Bien, como su propio nombre indica, son espacios geográficos concretos en los que sus integrantes se unen para desarrollar proyectos que beneficien el progreso económico de la misma.

Quizás el amplio apoyo suscitado viene por el largo trabajo que se ha desarrollado hasta su aprobación. Unos trabajos que comenzaron en el año 2019 y que terminaron este jueves con su aprobación en el Parlamento foral. Entre medias, toda una batería de reuniones, exposiciones públicas, enmiendas y organismos que han mejorado sin duda el proyecto de ley.

El amplio consenso no se circunscribe únicamente a las fuerzas políticas, sino que también está presente en los sectores económicos, ya que operadores grandes y pequeños comerciantes están a favor del proyecto; también con sus aportaciones han mejorado las previsiones iniciales hasta llegar aquí. A todos ellos nuestro más sincero agradecimiento.

Otro de los factores clave de la amplia aceptación es sin duda la libertad de creación. La ley foral de áreas de promoción económica no obliga a nada. Simplemente se crea la figura jurídica oportuna para que en aquellos espacios geográficos concretos en los que sus integrantes quieran aprovechar la oportunidad, puedan hacerlo. Simple y llanamente se da la oportunidad, no se obliga. Los que creemos en el proyecto sabemos que los resultados serán el mejor acicate para su creación y desarrollo. Si son útiles triunfarán; si no lo son, desaparecerán. Por lo que el trabajo no ha hecho más que empezar. Pero empieza con buen pie, lo que siempre es bueno.

La ley está bien configurada y dimensionada, equilibrando a todas las partes que participan. La iniciativa promotora debe partir del sector, bien comerciantes o propietarios de locales desocupados, que quieran mejorar dicha área, son quienes deben promover su constitución. Pero serán los ayuntamientos, en cuyo término radique dicha área, quienes autoricen su constitución tras el desarrollo de un grupo de trabajo mixto Ayuntamiento-promotores donde se consensue dicha propuesta. La constitución de un área de promoción económica consta de once pasos concatenados, y hasta tres aprobaciones municipales, un procedimiento largo y exigente, pero las debidas garantías así lo exigen.

El respeto a la autonomía municipal ha sido otro de los pilares en la redacción de este proyecto de ley foral. Cuando buena parte de las obligaciones tras la aprobación recaen en la administración municipal, es lógico que esta tenga la última palabra. Y es que una vez constituida el área el Ayuntamiento debe aportar económicamente a la misma en la cantidad que haya determinado, pero además debe recaudar las cuotas que los participantes hayan determinado pagar. Es por ello que debe tener la última decisión.

Aquí no hemos inventado la pólvora. Las áreas de promoción económica tienen un largo y exitoso recorrido a nivel internacional. Están inspiradas en los business improvement districts (BIDs) o Distritos de mejora de negocios. Alemania, Reino Unido, Canadá, Irlanda o Estados Unidos. En todos estos países hay áreas de promoción económica, en todos ellos llevan décadas funcionando, y son proyectos satisfactorios. 26 áreas están activas solamente en la ciudad de Hamburgo, 48 en todo Alemania. Entre otros objetivos las áreas de Hamburgo han conseguido mejorar la calidad de las calles y plazas, mejorar la iluminación de las mismas, crear una identidad comercial común, y por supuesto desarrollar acciones de marketing y actividades para atraer clientes. Las imágenes hablan por sí solas, invito a todo el mundo a que consulte este ejemplo de entre otros muchos (Manchester en Reino Unido o Los Ángeles en Estados Unidos son otros también.)

Si estos ejemplos funcionan, adaptarlos a la realidad foral y promocionarlos no es una mala idea. Y esto es precisamente lo que se hace con la ley foral de áreas de promoción económica.

El tiempo y los resultados nos dirán si hemos acertado con la medida o no. El consenso en la elaboración y aprobación de la ley, y los ejemplos internacionales son un muy buen punto de partida. A partir de ahora nos queda mucho trabajo por hacer desde el Gobierno. Creemos en el proyecto y creemos en el comercio minorista y de proximidad. Así que trabajo y ganas no faltan.

*El autor es director general de Comercio y Consumo del Gobierno de Navarra