Pamplona - La ganas que existen en la plantilla de Osasuna ante el transcendental encuentro del domingo ante el Valladolid se transformaron ayer en tensión que provocó un rifirrafe entre Mikel Merino y Maikel Mesa que acabó con los dos expulsados del entrenamiento. Además, Martín acabó por suspender la sesión pocos minutos después por que no le gustaba lo que veía del rendimiento de su plantilla.
Transcurría el entrenamiento de ayer por los cauces normales cuando en una acción del juego, Mesa y Merino se engancharon. Tras una acción del entrenamiento entre ambos, hubo empujón de Merino a Mesa y respuesta del tinerfeño agarrando por la camiseta a la altura del pecho al navarro. Miguel De las Cuevas separó a ambos rápidamente y el enfrentamiento no pasó a mayores.
Martín decidió expulsar a ambos de la sesión. Mesa se retiró al vestuario y Merino se quedó en el banquillo del campo de entrenamiento. Poco después, con la finalización del entrenamiento, Martín hizo llamar a los dos. Ambos se sentaron con sus compañeros y el técnico les reprochó la acción, si bien es cierto que Martín opina que es un calentón sin mucha importancia e, incluso, cree que demuestra las ganas que ponen ambos en las sesiones.
Tras el entrenamiento, todo el equipo se marchó a comer y Martín comunicó a ambos que su castigo será pagar una cena a la plantilla. En el vestuario nadie dio importancia a la situación vivida y se ve con normalidad fruto de la tensión del entrenamiento. “Es un lance del entrenamiento como hay casi siempre en todos los equipos. Todos estábamos bien dentro. Me imagino que lo habrán arreglado y que no es nada”, comentó Álex Berenguer en sala de prensa después con total tranquilidad. Añadió que “se acerca el final de Liga, hay que apretar y ahí está la tensión de los entrenamientos, cada uno por ganar su puesto”. “Son rocecillos de los entrenamientos”, manifestó el joven extremo que demostró la nula importancia que le dio el vestuario al suceso de ayer entre ambos.
Fin antes de tiempo Poco después de este choque, Martín dio por finalizó el entrenamiento. Al técnico no le gustó lo que estaba viendo y decidió acabar la sensación. Este fin no tiene que ver con el suceso anterior entre Mesa y Merino, sino más bien con que no le gustaba lo que veía y buscó un chispazo para lo que queda de semana. Eso sí, una vez acabado el entrenamiento, Martín se reunió con Torres, Oier e, incluso, hizo salir a Miguel Flaño del gimnasio donde se encontraba recuperándose para que se uniera a la reunión que tuvieron los cuatro por espacio de diez minutos. En la reunión Martín explicó a los capitanes lo que le llevó a suspender el entrenamiento, pero el técnico está tranquilo con el rendimiento que pueda dar el equipo el domingo y piensa que todo lo acontecido ayer se debe a las gana de vencer en el encuentro contra el Valladolid.
De las Cuevas, con el grupo Dentro del aspecto deportivo, Miguel de las Cuevas entrenó con el grupo y tiene el alta médica por lo que podría estar en la convocatoria del domingo. Miguel Flaño siguió su tratamiento individual, primero en el gimnasio y luego corriendo por el campo de Tajonar. Por su parte, Álex Berenguer tampoco estuvo en el entrenamiento del grupo y se ejercitó en el gimnasio. El jugador reconoció que tiene unas pequeñas molestias musculares y que Martín decidió que no forzase pero que cree que de cara al domingo contra el Valladolid no habrá problemas para que pueda ayudar al equipo en lo que necesite. Unai, por su parte, cuenta con muchas papeletas para entrar en el once, especialmente si Miguel Flaño no se recupera.
En el entrenamiento volvieron a participar Jaime Dios, Iker Berruezo, Endika Irigoien y Miguel Díaz. Mañana, a las 10.00 horas, tendrá lugar el penúltimo entrenamiento antes del duelo ante los pucelanos en el que los rojillos se jugarán parte importante de sus opciones para el ascenso directo.