madrid - Osasuna encajó cinco goles en el Santiago Bernabéu en un partido con mejores credenciales de presentación que las que enseñó el marcador final y dentro de un perfil de equipo menos rendido que lo que pudiera suponerse a la superioridad del Real Madrid. El conjunto de Zidane va a ganar un montón de partidos -y los que habrá conseguido- con los ingredientes del de ayer: juego discreto, pegada letal y desmoronamiento del contrario en los lances cruciales, en los minutos decisivos. A los rojillos no les pasó el Real Madrid por encima en cuanto al marcador final -todo el mundo del fútbol sabe que hay estadios en los que se sufre como en los dentistas de antes-, aunque los locales vistieron una estadística de blanco con una hegemonía absoluta en cuestiones clave. Además, los chicos Martín maquillaron el resultado con dos buenos goles, dos testarazos impecables, para recomponer su imagen y reivindicar los mejores momentos de la tarde, cuando el Real Madrid no acababa de abrir la lata e incluso un remate de cabeza de Unai García al larguero hizo retumbar en el estadio el ruido de la igualada.

Conscientes de que en el Bernabéu nunca se cuece nada bueno para los invitados, y con un bagaje ofensivo apreciable en la hoja de servicios de los de Zidane, a Osasuna solo le queda recoger todas sus buenas sensaciones para ponerlas en práctica de forma inmediata, sabedores de que de sensaciones ni de imagen se vive. Los rojillos supieron moverse con el balón, expusieron desparpajo y no les falta entrega, pero deberán cuidar algunos desajustes defensivos que resultaron caros. Los metros de distancia que se otorgaron en la zaga se cobran en el Bernabéu a precio de oro y, además de por la calidad del contrincante, a Osasuna le penalizó esa ausencia de chispa en defensa. También el peaje en el balón parado. A nadie se le escapa que Osasuna es un recién llegado a la categoría y tiene mucho que mejorar. Y qué decir en semejante escenario.

Estaba todo preparado para la tormenta perfecta en el Bernabéu, con todo el mundo afilándose en casa para lucirse ante Osasuna cuando a los cinco minutos, Cristiano Ronaldo, en el primer balón que tocó, hizo gol. No son necesarias muchas dificultades añadidas para sentir la presión de este estadio y los rojillos, que hasta entonces habían jugado más tiempo en el medio campo del Madrid que en el propio, se sintieron apretados por la historia, la estadística, el mazo gigante de un plantilla tremenda.

Sin embargo, el equipo de Martín sacó desinhibición y corrección ante un rival de postín y los rojillos ofrecieron una imagen buena con el balón, mirando la portería del Real Madrid, y pasaron más problemas cuando tocó recular y montar la empalizada ante la llegada de Bale, Morata, Danilo y Modric. Cristiano, a pesar de marcar, estuvo a sus cosas, alejadísimo del bicho con el que goza la grada y sus acólitos. Osasuna se enfrentó con el peor Ronaldo de su historia de enfrentamientos y las posibilidades en ataque de su equipo también se vieron limitadas, a pesar de que Bale le está comiendo la tostada a marchas forzadas al estrellato del portugués.

Por eso, porque el Madrid anduvo desconectado y Osasuna con buena pinta, encajar tres goles en la primera parte fueron un castigo excesivo, uno de esos regalos envenenados que suelen dejar los equipos grandes en esos partidos en los que no pasa nada, pero te llevas una tunda. El desarrollo de los acontecimientos de este final de espanto es aún más doloroso, porque Osasuna rozó el empate con un cabezazo al larguero de Unai García, pero en la jugada siguiente -a cinco minutos del descanso- Danilo hizo el segundo tanto del Madrid en una jugada con rechaces y, sobre la bocina, Sergio Ramo sentenció la tarde con un testarazo en un córner.

A Osasuna le sentó fatal el final del primer tiempo -habrá que mejorar en los cierres de los tiempos de juego- y mejor no le fue la reanudación con otro gol de cabeza de Pepe. Los rojillos vivieron momentos peligrosos porque se notó un ambiente de festival en el Bernabéu con un Osasuna noqueado y el Real Madrid campando a sus anchas. El quinto gol de Modric, tras un rondo en el borde del área, fue un aldabonazo, podía llegar el desastre.

Un buen Osasuna, valiente y sin complejos, se hizo sitio entre las calamidades y llevó lo que quedó de partido hasta un final digno. Con dos fantásticos goles de cabeza a Oriol Riera y David García, y el fallo de un penalti a cargo de Torres. También los rojillos terminaron jugando con diez, por unos errores de medida de Tano. Nada nuevo en las fiestas del Bernabéu. En donde ayer, al menos, algo hay para el rescate.

5

Osasuna MaRTÍN mONREAL

Alineación con algunas sorpresas tras los ensayos de la semana. Una imagen correcta de equipo, pese a los errores.

7

REAL MADRID zINEDINE zIDANE

Poco se puede valorar a un entrenador de un equipo que juega solo y en el que los jugadores casi se piden participar en cuanto a los minutos.

4

árBITRO FErnández Borbalán

Al margen de la polémica en la acción del penalti concedido tras el gol de Oier, no estuvo bien porque con las tarjetas no fue justo y sus linieres le liaron alguna. Lo clásico.

Real MadridOsasuna

12Tiros a puerta3

9Tiros fuera3

12Ocasiones de gol3

13Faltas cometidas14

31Balones al área24

7Córners7

5Fueras de juego1

61%Posesión39%

2Intervenciones del portero7