Pamplona - Roberto Torres abandona Tajonar cuando quedan ya pocas personas. El centrocampista de Arre siempre realiza trabajo extra para prevenir sus problemas de pubis. El 10 rojillo vive su mejor momento “no solo estadístico”. El centrocampista ha marcado 12 goles, a tan solo tres del pichichi de la categoría. El navarro es una de las voces más autorizadas para hablar del gran momento rojillo después de todo lo que ha vivido en Osasuna. Torres no echa las campanas al vuelo aún, pero reconoce que vive con ilusión la posible vuelta a Primera División del equipo.

Lo primero es preguntarle cómo está después de que tuviese que retirarse de la sesión del martes.

-Fue un golpe y no creo que tenga problemas para Alcorcón.

Son baja Rubén y Oier, si usted no llega, serían tres bajas de importancia.

-Tenemos la suerte de que juegue quien juegue no se nota. Tenemos bajas importantes pero seguro que sale todo bien.

Pasando a hablar de la temporada, ¿cómo la está viviendo?

-Contento, está saliendo todo muy bien. Estamos haciendo muchos méritos para estar ahí, nadie nos ha regalado nada. Tenemos muchas ganas de todo lo que puede venir dentro de no mucho.

Hay gente que dice que no estaba tan ilusionada desde el año de la Liga de Campeones, ¿se parecen ambos años?

-En objetivos obviamente no, pero en ilusión puede ser. Hemos conectado muchísimo con la grada y estamos todos muy ilusionados con el futuro próximo, con lo que puede venir a partir de ahora el club. Estamos en una época bonita especialmente si pensamos de dónde venimos. Podemos estar ante algo histórico si se consigue el ascenso, con el estadio nuevo... hay que disfrutar.

¿Cómo es posible un cambio tan radical en casa, donde el año pasado costaba tanto ganar y esta temporada es un fortín?

-No tiene que ver cada año. La temporada pasada se acertó completamente con los fichajes pero no salió la idea que había de juego. No nos metimos en play off y eso fue una pena. Quizá este año la forma de jugar es más adecuada a la historia del club: buscando la portería contraria, apretando al rival... estamos dando con la tecla. Obviamente se acertó también con las incorporaciones y con el cuerpo técnico.

En pretemporada todo el mundo es ambicioso, pero era realmente difícil imaginarse una temporada así.

-No nos poníamos ni metas ni retos ni límites. Queríamos ver hasta dónde podíamos llegar. Tuvimos un inicio raro, con un sistema diferente al que teníamos. En cuanto arrancamos nos ha ido muy bien aunque hemos tenido algún tropiezo. Ahora estamos en un buen momento pero todavía queda certificar algo que pueda ser muy bonito.

¿Con una victoria más valdría?

-Yo creo que sí, pero también antes del Albacete decían que con eso bastaba y claramente no lo está. Lo estamos viviendo con mucha intensidad hasta tal punto que cada fin de semana jugamos varios partidos, el nuestro y el de nuestros rivales.

La afición está aún más volcada de lo normal.

-El equipo transmite y creo que es por eso. La idea de ser un equipo vertical, que ataque, que busca la portería contraria y eso ¿a quién no le gusta? A la afición le encanta y a nosotros también. Si además de transmitir vamos escalando en la clasificación, pues todos lo vamos viendo cada vez más bonito pero quiero recalcar que no hemos hecho nada aún, que las matemáticas nos dicen que no estamos en Primera aún, que estamos en buen camino pero aún queda por recorrer y que tenemos que ir a ganar a Alcorcón.

¿Está en el mejor momento de su carrera?

-Sí. Creo que sí, pero no solo en estadísticas, con las que estoy muy contento, pero creo que estoy aportando al equipo más cosas y además me estoy encontrando físicamente bien. Me veo un jugador más completo, estoy disfrutando mucho. Creo que me queda aún mucho fútbol.

¿Cuánto ha evolucionado su mentalidad para este cambio?

-En Osasuna he vivido tanto estar en el cielo como en el barro. Hay que saber aceptar las críticas y que no te afecten. Ha habido momentos en los que sí lo han hecho y he intentado cambiar eso con trabajo. Pero luego, cuando ves que el trabajo oscuro que realizas te da sus frutos te das cuenta que lo importante es sentirte tú bien, no lo que digan, y poder disfrutar de tu profesión.

Pero ha conseguido cambiar esas críticas por elogios...

-Bueno, seguro alguno hay con la escopeta cargada (se ríe). Pero no me quita el sueño, yo siempre lo doy todo, me salgan mejor o peor las cosas, para salir con la cabeza bien alta, aunque cuando las cosas van mal obviamente es algo que no te gusta.

Está jugando en diferentes posiciones del centro del campo, al final la influencia de Oier le va a acabar haciendo jugar de central...

-Bueno eso sería muy malo para el equipo (se ríe). Lo bueno que tenemos es que el que salga lo va a hacer bien, aunque no sea en su posición. Eso nos hace mejores a todos. Me están saliendo las cosas y eso es bueno para todos. Tengo la mente abierta para jugar donde el entrenador me pida cada día.

¿No le da pereza algún día hacer todo ese trabajo extra que hace?

-Al final es nuestro trabajo. Vivimos de estar lo mejor posible para competir. Si hay que hacer más cosas que otros que a lo mejor tienen esas condiciones innatas, pues se hace. No todo te viene caído del cielo. Y ojo, que hay días que te apetece menos hacer ese trabajo y también es bueno para desconectar la cabeza.

¿Se quiere sacar la espina del anterior año de Primera?

-Por supuesto. Se ha hecho una base segura y potente con una idea de juego muy clara. Jagoba y el cuerpo técnico van a seguir y eso es una suerte. Se puede mirar al año que viene con ilusión, aunque no me gusta hablar aún de eso ya que no hemos conseguido nada. Si se da, como parece, es una situación totalmente diferente. La anterior vez teníamos otro tipo de equipo y se prefirió sanear las cuentas, algo que me parece muy acertado ya que es muy importante, pero ahora cambia la cosa ya que el club está bien económicamente y se puede mirar de otra manera.

Hay jugadores que estuvieron en el anterior ascenso pero que están muy cambiados, para mejor, ¿verdad?

-Sí. Cada año tienes situaciones que te hacen madurar, especialmente cuando las cosas van mal. En cada momento puedes estar acertado o no, pero de todo aprendes. En mi caso o en el de Oier hemos vivido la época más negra del club y eso también te enseña a ser mejor y que veas, por ejemplo, lo importante y lo bonito que es bajar a entrenar todos los días a Tajonar.

Habla de Oier y de usted, ¿esta temporada les compensa los años que han tenido que pasar?

-El día de mañana, cuando echemos la vista atrás, veremos que hemos estado en la parte más fea del club y que también hemos sido parte de esa transición que ha logrado revertirla. Hemos puesto nuestro granito de arena y es para sentirnos orgullosos de ver cómo está el club hace cinco años y cómo está ahora. Creo que hemos sido un ejemplo de lo que es sentir unos colores y creo que eso vale más que una carrera deportiva entera ganando mucho dinero en otros sitios.

¿Cuál es su objetivo de aquí a que se retire, cuando sea?

-Es muy claro: jugar en Primera con Osasuna los máximos años posibles hasta que el cuerpo me lo permita.