haro - Los aficionados del Haro coincidían. "Nunca hemos visto los aledaños del estadio así", dijo Jorge, un seguidor que ha vivido los últimos años del Haro Deportivo. Cerca de 1.000 rojillos se desplazaron a la localidad riojana para vivir un día de fiesta, como luego bien se vio en el campo.

"Hemos venido a tomar algo durante la mañana y luego aprovecharemos para comer aquí", señaló Julen, hincha rojillo, en referencia a los planes que tenían en Haro.

Algunos incluso tenían miras más altas. "Igual vamos a Logroño o a Casalarreina tras acabar el partido, que hace buen tiempo", explicaron Nerea y Jon, que sin duda quisieron aprovechar el desplazamiento de Osasuna para conocer La Rioja. "Aunque el partido no sea gran cosa, ya solo por el ambiente merece la pena", añadió Sergio, que vino junto a dos amigos para pasar el día en la localidad riojana. De hecho, el bar delante del estadio, que se llama también El Mazo, estuvo lleno en los prolegómenos del partido, e incluso varias bengalas se encendieron en la previa por parte de aficionados rojillos.

Haro nunca había vivido algo así, como reconocen sus aficionados. "Normalmente hay mucho ambiente, pero lo de hoy se nota más", explicó Juan, que durante "toda su vida" ha seguido al Haro Deportivo. "Esta semana lo hemos notado. Por ejemplo, los partidos de categorías inferiores se han cambiado de fecha para que todos puedan disfrutar de esto", comentó en la previa. "He seguido al Haro siempre y esto es lo máximo", enfatizó sobre la experiencia de recibir a Osasuna. E hizo una advertencia premonitoria: "Esto es El Mazo y aquí se viene a sudar". Lo que se vivió después corroboró sus palabras.

UN GRAN DÍA, PARA TODOS Ambiente es precisamente lo que se vivió en la tribuna única de El Mazo. A su izquierda, la afición del Haro Deportivo, que vaya si se hicieron notar, con grandes banderas y animando durante todo el choque a su equipo acompañados de la sintonía de un megáfono incesable. Y a la derecha, la de Osasuna. Como es habitual, no fueron menos que los locales, sino todo lo contrario: hicieron de su esquina un pequeño Sadar.

Una vez ahí hubo momentos cumbre. Por ejemplo, cuando la afición del Haro empezó a cantar lo que aquí se conoce como "Jagoba Arrasate, lo lo lo lo lo", pero sin el nombre del entrenador de Berriatua, obviamente. Por lo que la esquina rojilla añadió el correspondiente "Jagoba Arrasate" para continuar con un cántico tan icónico ya en Pamplona.

Otro momento cumbre fue cuando el Chimy Ávila empezó a calentar, un preludio del protagonismo que acabaría teniendo el argentino. Y eso que, con el gol del Haro, la esquina osasunista se quedó helada.

Poco tardaría en volver a coger calor con el gol de Nacho Vidal, que encendió de nuevo a la grada y cambió la dinámica de todo el partido en cuanto al ambiente. El 1-2, justo en el minuto 90, ya fue el definitivo para una gran fiesta, que empezó con el "Somos un equipo" que siempre clausura los partidos en El Sadar, y que varios futbolistas acompañaron, como también suele ser habitual.

Junto a ello, Unai García se acercó a la afición una vez terminó el partido y lanzó su camiseta a la gran marea rojilla que había en el sector derecho de la tribuna de El Mazo. La que no se llevó una camiseta de Osasuna fue una aficionada que levantó, durante gran parte del encuentro, una pancarta pidiendo la camiseta del Chimy Ávila. No la logró, porque se adelantó un jugador del Haro. Que al menos el 1-2 y el pase sea consuelo, ya que seguro que habrá una segunda oportunidad. Como mínimo, en la Copa del Rey.