Tras el balón de oxígeno que supuso para Osasuna la victoria que conquistó el pasado domingo en Mendizorroza contra el Alavés (0-2), el conjunto navarro visita esta tarde el Santiago Bernabéu (16.15 horas, Movistar LaLiga) en busca de un buen resultado antes del segundo parón liguero de la temporada por la disputa de partidos internacionales de selecciones. Lo hace con el regreso del Chimy Ávila tras cumplir sanción y con las ausencias ya conocidas de los lesionados Moi Gómez, Johan Mojica y Unai García, además de con el reto mayúsculo de ganar por tercera vez en su historia en el remozado estadio del líder de Primera División (venció 0-4 en 1990, con Pedro Mari Zabalza como técnico, y 0-3 en 2004, con Javier Aguirre de entrenador); o al menos empatar, un resultado que ha repetido en sus dos últimos desplazamientos a Chamartín (ambos con Arrasate en el banquillo, aunque en esta ocasión estará en la grada al encontrarse sancionado).

Con los 10 puntos que ha acumulado Osasuna en las ocho primeras jornadas del campeonato, llega a Madrid con una importante dosis de confianza, a la que también contribuye el excepcional rendimiento de los rojillos lejos de El Sadar, pues 9 de sus 10 puntos los han logrado como visitantes y sólo uno ejerciendo de locales. Un plus al que hay que añadir las numerosas bajas que acumula el equipo de Ancelotti en defensa. Con Militao y Alaba lesionados y Nacho sancionado, a Rudiger le acompañará en el eje de la zaga un centrocampista, Tchouameni, o un lateral izquierdo, Mendy.

En cualquier caso, no se fía Arrasate de un Real Madrid que ha comenzado la temporada con un expediente casi inmaculado y con la única tacha de su derrota contra el Atlético en el derbi madrileño (1-3), el único de sus diez partidos oficiales (ocho en Liga y dos en Champions) en el que no ha sido capaz de apuntarse la victoria. Preocupa al entrenador de Osasuna el potencial ofensivo del líder (Bellingham es el pichichi del campeonato con seis goles y Vinicius tiene ya el ritmo que necesitaba tras recuperarse de una lesión muscular) y su incomprensible capacidad para solucionar compromisos tanto cuando juega bien como cuando se aleja de su mejor versión. Son los peligros con los que se enfrenta Osasuna en su enésimo asalto a la casa blanca. La del Real Madrid.