La primera victoria de la temporada de Osasuna en El Sadar tuvo la emoción de los acontecimientos inusuales, extraordinarios, y reclamó también de protagonistas excepcionales, de actores principales para la consecución de los tres puntos. No había sabido aplicar con acierto el equipo de Arrasate el manual para lograr un triunfo en casa y el Granada resultó la víctima propiciatoria y perfecta para que por fin los rojillos se sintieran cómodos e, incluso, se acercaran a un resultado holgado. Osasuna sumó su primera victoria en El Sadar en este curso en lo que no fue su mejor encuentro como local, pero en el que hizo méritos suficientes para quedarse todo el botín. Las florituras quedarán para otras jornadas.

Empujado por la necesidad –la de los puntos, la de ahuyentar fantasmas–, reclamado por los acontecimientos –ganar en casa de una vez–, Osasuna realizó una aceptable actuación coral en la que brillaron varios jugadores por encima del resto. La conexión entre Chimy Ávila y Budimir resultó letal para el Granada y vital para los rojillos. Argentino y croata completaron un partido estelar y, el primero como administrador de pases y, el segundo, como rematador de las dádivas entregadas por su compañero, liquidaron el partido con un acción de gol en cada tiempo, en el momento oportuno. En los planes de victoria de Osasuna también ayudó el rival que, además de crear dificultades con cuentagotas, fue desapareciendo paulatinamente hasta hacerlo del todo tras la expulsión de Boyé, con veinte minutos de partido real por delante. El Granada, que se vio beneficiado por la anulación del tercer gol osasunista por fuera de juego de Kike Barja, vivió su particular hecatombe al terminar con nueve jugadores por la lesión de uno de sus defensas. También se salvó de algún gol más.

Antes de que los dos delanteros de Osasuna descorcharan el partido y lanzaran a su equipo a por una victoria imparable, Sergio Herrera también asaltó el protagonismo de la noche. El meta rojillo realizó una intervención fantástica tras un lanzamiento de Gumbau, con el 1-0 en el marcador, y llegó al prodigio en el minuto 38. Una de esas curiosidades que guardan los partidos de fútbol y que en el caso del portero le sirve para engordar su buena fama como jugador de Osasuna. Herrera sacó primero una mano increíble a un remate de Boyé, gestionó a continuación con otro paradón en el córner siguiente un disparo de Álvaro Fernández y en el rechace acabó deteniendo la intentona de Bryan Zaragoza. Si los goles en Osasuna se celebran como se debe, qué decir ahora de las paradas del cancerbero de Miranda de Ebro, que son la locura. Casi goles.

Osasuna logró una victoria muy importante en un partido que se le puso pronto bien porque pasados los diez minutos iniciales hubo electricidad en la zona en la que se echan chispas. El Chimy superó defensas con un centro raso, de esos de difícil solución desde la zaga, y Budimir, en el filo de la legalidad, controló y decidió en el mano a mano ante el portero. Fue un gol liberador, pero no tranquilizador. Los rojillos llevaron la batuta pero el Granada, de hecho, creó más ocasiones en el primer tiempo y del problema se tuvo que encargar Sergio Herrera. Ahí terminaron las opciones para el conjunto nazarí que, a pesar de sus aprietos clasificatorios, se mostró como un grupo valiente, con ganas de recibir el aire de cara buscando la portería rival más que de recular y correr hacia el área propia, quizás uno de sus problemas.

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El bonito detalle del Chimy y David con dos pequeños al acabar el partido Oskar Montero

La segunda mitad resultó divertida para el aficionado de El Sadar que por fin reconoció a un Osasuna que no estaba dispuesto a permitir ningún disgusto. El estado de gracia por el que atraviesa Budimir le hizo rozar el gol a los cuatro minutos de la reanudación tras una gran jugada de Aimar Oroz. No estaba en sus mejores instantes el equipo de Arrasate cuando el Chimy le dio otro balón delicioso al atacante croata que, lanzado por un pasillo sin oponentes hacia la portería, fue derribado por el portero. La acción necesitó revisión del VAR porque el árbitro no se enteró de que estaba ante un penalti de libro. Budimir redondeó su gran noche marcando desde los once metros.

El partido quedó terminado y el Granada liquidado mucho antes de que por intercesión del VAR de nuevo el equipo andaluz se quedara con un hombre menos por la expulsión de Boyé. El delantero le había hecho una entrada muy fea a Aimar Oroz, pero la revisión de las imágenes detalló que se había excedido con un pisotón sin posibilidad de jugar el balón. Solo el gol anulado a Raúl García, por fuera de juego del autor del pase, pareció aliviar al Granada de su paulatino hundimiento. En el descuento, se le lesionó un defensa y, con nueve en el campo, una doble oportunidad de Barja y Raúl no terminó en otro gol de los rojillos por muy poco. Para entonces, ya se respiraba en El Sadar.

-Ficha técnica: 

2 Osasuna: Sergio Herrera; Areso (Nacho Vidal, m. 85), Catena, David García, Peña (Barja, m. 85); Torró; Chimy Ávila, Moncayola (Juan Cruz, m. 67), Aimar (Ibáñez, m. 80), Moi Gómez; Budimir (Raúl, m. 80).

0 Granada: André; Ricard (Callejón, m. 83), Rubio, Miquel, Neva; Gumbau (Petrovic, m. 87) Villar (Ruiz, m. 84); Zaragoza, Melendo (Uzuni, m. 63), Carreras (Puertas, m. 63); Boyé.

Goles: Budimir 1-0 (m. 12), Budimir 2-0 (m. 58).

Árbitro: Busquets Ferrer (Comité balear), asistido por García González y Pérez de Mendiola. El colegiado gallego mostró amarilla a Peña, Oroz, Ibáñez por parte de Osasuna. Por parte del Granada amonestó con amarilla a Zaragoza, Gumbau, Miquel, Ferreira. En el minuto 76 el árbitro expulsó con roja directa a Boyé por un planchazo sobre Aimar.

Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio El Sadar ante 19.739.