Con su victoria contra el Rayo Vallecano (1-0), Osasuna puso fin a una racha de seis jornadas de Liga consecutivas sin ganar y sumó además su segundo triunfo de la temporada en El Sadar, escenario del que habían volado ya 18 puntos en la competición de la regularidad (a lo que hay que unir la derrota por 1-2 contra el Brujas belga en la ida de la previa de la Conference) y en el que sólo había sido capaz de superar al Granada (2-0). Pero, de no haber mediado el postrero gol de Raúl García de Haro que permitió a los rojillos quedarse con los tres puntos, muchos se hubieran acordado del penalti que le birlaron al conjunto navarro unos minutos antes por un plantillazo de Mumin a Moncayola que el árbitro del encuentro, el gallego Javier Iglesias Villanueva, no vio y que en el VAR, del que era responsable el aragonés Santiago Jaime Latre, no lo consideraron como tal.

Imagen del impacto del defensa sobre Moncayola Oskar Montero

La polémica acción ocurrió en el minuto 91 de partido, tal vez en la mejor jugada de Osasuna en toda la noche. Raúl García de Haro aprovechó un preciso centro de Jose Arnaiz desde la banda izquierda para poner el balón de cabeza en el interior del área pequeña, donde apareció Jon Moncayola para fusilar al portero del Rayo Vallecano, un Dimitrievski que desvió el balón a córner con una colosal intervención. Sin embargo, el centrocampista de Garínoain quedó tendido sobre el césped con ostensibles gestos de dolor y reclamando penalti, algo que también hicieron el resto de sus compañeros y el propio Jagoba Arrasate desde el banquillo.

La repetición televisiva de la jugada sirvió para descubrir un plantillazo de Mumin al futbolista navarro, que pudo rematar, pero se llevó un buen golpe. El árbitro paró el juego e hizo una señal a los jugadores para advertirles de que la acción estaba siendo revisada en el VAR. Sin embargo, sin entender como necesario acudir al monitor para repasar en primera persona el plantillazo de Mumin a Moncayola y consensuando con los encargados del videoarbitraje que no había ocurrido nada punible, el colegiado decidió que el juego siguiera.