Para encontrar una justificación o, mejor dicho, una explicación a la complicada situación clasificatoria en la que se encuentra Osasuna, a un sólo punto de la zona de descenso a Segunda División y con menos puntos (11) que jornadas consumidas (12), resultaría necesario introducir en una coctelera un buen puñado de ingredientes o, mejor dicho, de circunstancias. Una de ellas sería el alto número de lesiones que ha sufrido la primera plantilla del conjunto rojillo, sin obviar algunas decisiones arbitrales que le han perjudicado, la falta de fortuna y también de puntería, así como el hecho de que su nuevo entrenador, Alessio Lisci, todavía no ha dado con la tecla.

Y tal vez en este último asunto tenga algo que ver el elevado número de inquilinos de la enfermería del cuadro navarro, sobre todo de los tres futbolistas que han ocupado la demarcación de lateral derecho (tanto con tres centrales como con dos), Valentin Rosier, Iker Benito y Jon Moncayola, que en la actualidad se encuentran en el dique seco por diferentes problemas físicos de diferente gravedad.

A la dirección deportiva del club, con Braulio Vázquez a la cabeza, le tocó reforzar en verano el carril derecho. ¿Los motivos? La venta de Jesús Areso al Athletic por el importe íntegro de su cláusula de rescisión, que ascendía a 12 millones de euros, el final del contrato de Rubén Peña y el hecho de que Nacho Vidal se marchara a mitad de curso al Oviedo por la falta de minutos en Pamplona. ¿Las soluciones? La contratacion de Valentin Rosier, sin coste de traspaso porque acababa contrato con el Leganés, y el retorno de Iker Benito, reconvertido en carrilero tras una productiva cesión al Mirandés, donde Lisci, su entrenador ahora en Osasuna, le dio minutos y herramientas.

Sin embargo, 12 jornadas de Liga han bastado para que salten por los aires todos los planes del club relacionados con el lateral derecho, pues los tres futbolistas que se han desempeñado en la citada posición se encuentran lesionados.

El primero en jugar y caer fue Valentin Rosier. El francés actuó de inicio en ocho de los nueve primeros partidos de Liga de Osasuna, y no hizo pleno por culpa de una sanción. Hasta que su reloj competitivo se detuvo en el minuto 41 del partido que Osasuna disputó y perdió en el Metropolitano contra el Atlético (1-0) el pasado 18 de octubre. Rosier trabaja desde entonces para recuperarse de una lesión en el bíceps femoral con afectación tendinosa en su pierna derecha, percance que, como confirmó Braulio en rueda de prensa, le tendrá lejos de los terrenos de juego hasta enero.

Fue Iker Benito quien sustituyó a Rosier en el partido en el que se lesionó el francés, pero el canterano tuvo que esperar a la Copa para ser titular de nuevo, con tan mala fortuna que en los instantes finales del duelo contra el Sant Jordi mallorquín en Palma, un equipo de cinco categorías menos que Osasuna al que los rojillos golearon sin apenas complicaciones (0-5), sufrió una grave lesión de rodilla. El burgalés, extremo en sus inicios y ahora reconvertido por Lisci en carrilero, se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha y se pierde todo lo que resta de temporada, que es todavía mucho.

LA ALTERNATIVA

Diego Moreno, espejo de Arguibide

El lateral del filial. Como en Osasuna no las tienen todas consigo, el club decidió que Iñigo Arguibide, lateral derecho del Promesas, no jugara este pasado domingo con el filial, lo que convierte al canterano en la, a priori, opción principal para ocupar un puesto en el once inicial de Alessio Lisci pare recibir este sábado a partir de las 18.30 horas a la Real Sociedad en El Sadar. De jugar contra el cuadro donostiarra, Arguibide, al que Jagoba Arrasate ya dio la alternativa en la Liga hace un par de cursos en Las Palmas de Gran Canaria, emularía a Diego Moreno, al que le llegó la oportunidad de repente hace tres cursos por las lesiones de Nacho Vidal y Rubén Peña.

Con uno y otro lesionado, aunque también antes de que cayera Iker Benito, a Jon Moncayola le tocó volver al lateral derecho, como en la final de Copa de hace ya más de dos años, pero una lesión muscular en el aductor de la pierna izquierda durante un entrenamiento le envió directamente a la enfermería. Aunque no está descartado para el partido del sábado contra la Real, todo apunta a que será otro futbolista el que ocupe el maldito carril derecho de Osasuna.