En la primera temporada de Alessio Lisci como entrenador de Osasuna, el conjunto navarro atraviesa por una comprometida situación clasificatoria cuando ya se ha consumido el primer tercio del campeonato. Tras la disputa ya de 13 jornadas de Liga, los rojillos están en puntos de zona de descenso, aunque de momento se encuentran fuero de esos puestos porque se resuelve a su favor el empate con el Girona debido a que dispone de una mejor diferencia entre los goles anotados y los encajados. Pero lo más curioso de todo es que Osasuna acumula unos números increíbles en las primeras partes, que contrastan con los paupérrimos resultados que ha cosechado en las segundas, convirtiéndose el partido del pasado sábado contra la Real Sociedad en El Sadar en el mejor ejemplo. Y es que los rojillos se marcharon al descanso con ventaja (1-0) para acabar claudicando después de pasar por los vestuarios (1-3).
Osasuna es un equipo de Champions atendiendo únicamente a los resultados de las primeras partes de las 13 primeras jornadas de Liga. Con 24 puntos, sólo le superan en esta clasificación el Real Madrid, líder con 27, y el Villarreal, segundo con 25, dejando por detrás a equipos de la talla del Barcelona, cuarto con 23, y del Atlético, quinto con 21.
Sin embargo, el conjunto navarro sólo ha ganado dos de las segundas partes de los 13 compromisos ligueros que ha disputado hasta la fecha, empatando otras tres y perdiendo en ocho de ellas, lo que le convierte en el segundo peor equipo teniendo en cuenta únicamente los resultados de los segundos 45 minutos de los partidos (y sus respectivas prolongaciones). Osasuna acumula en este capítulo 9 puntos, uno más que el Levante y los mismos que el Girona, completando la terna de equipos que bajaría en el hipotético caso de que sólo computaran los resultados de las segundas partes.
En cualquier caso, la clasificación real es la que cuenta y, por desgracia, Osasuna no se encuentra en un termino medio producto de la mezcla de sus resultados en las primeras y en las segundas partes, sino que coquetea con la zona de descenso, a la que todavía no ha caído, aunque los tres de abajo le tienen a tiro e incluso uno de ellos, el Girona, dispone de los mismos puntos que los rojillos. Lo preocupante es que esta radiografía coincide con lo que pasó en el choque del pasado sábado contra la Real, en el que cuadro de Lisci se diluyó como un azucarillo tras recibir el gol del empate nada más empezar el segundo tiempo. Un Osasuna de dos caras.