La enorme superficie comercial de Unzu, de 5.900 m2, cumplió la pasada primavera su sexto año vacía, y en febrero echó la persiana el bar restaurante Iruñazarra. En total 6.300 metros cuadrados vacíos en dos bajeras, a los que ahora se suman los más de 100 m2 de la sucursal de Banesto en esta calle. Una rémora que coloca a Mercaderes como la vía con mayor superficie comercial no ocupada entre los ejes más comerciales del Casco Viejo. Y eso que el trasiego de personas es importantísimo.
Es el último informe municipal sobre locales vacíos en el Casco Viejo el que destaca este aspecto, si bien es evidente que la situación de Unzu condiciona esta estadística. El dato es previo al cierre del histórico Iruñazarra, que el pasado 10 de noviembre comenzó a anunciar también por Twitter la venta del negocio, en concurso de acreedores. Además, los interesados en vender este local de cerca de 400 metros cuadrados divididos en dos plantas han creado un blog dando cuenta de la venta "del inmueble donde está ubicado el bar restaurante, la licencia de apertura y todo el mobiliario y enseres del negocio". Sin duda, este local tiene una salida más sencilla que el de Unzu, con unas opciones muy limitadas por su enorme tamaño.
En opinión de Carlos Albillo, gerente de la Asociación de Comerciantes y Hosteleros Casco Antiguo, el traspaso del local de Unzu podría servir para dinamizar la actividad en la zona, si bien se trata de una operación sumamente complicada. "Es un local que está parado al no tener una salida fácil por ese gran tamaño. Tendría que venir una gran firma, aunque también cabría la posibilidad de alquilar el local por plantas. Sería fabuloso que se instalase una actividad comercial o mixta, comercial y hostelera, porque serviría como locomotora de la zona", explica.
Mientras esto ocurre, la calle va consolidando un perfil cada vez más orientado a la hostelería en esa confluencia entre la Estafeta, Chapitela y Navarrería. "Su centralidad juega un papel muy importante y se ha convertido en un entorno de mucho tránsito. Los negocios se han orientado a la hostelería y la calle ha adquirido una mayor trascendencia", explica Albillo.
De hecho, en la parte más cercana a Navarrería se han instalado en los últimos tiempos varios establecimientos hosteleros, locales como el Gastrobar La Juana, abierto desde abril. Sus encargados, Carol Aranda y Eduardo Ruiz de Mendoza no pueden estar más satisfechos. "Creemos que se ha creado una nueva zona de bares y ya no somos tanto una zona de paso. Antes la gente venía aquí porque estaba de camino a Navarrería y ahora viene directamente a quedarse. Estamos muy contentos, sobre todo con el ambiente que se crea los fines de semana", indica Aranda desde este establecimiento premiado en varios certámenes gastronómicos.
También se instaló en Mercaderes antes de San Fermín una franquicia de Burger King. En esta ocasión, ocupó el lugar del antiguo Museo del Encierro, que cerró sus puertas hace un año, ocupando otro local de grandes dimensiones, en este caso más de 400 m2. Al local por tanto no tardaron en salirle novias y en cuestión de meses comenzó a fraguarse un nuevo proyecto. Esta rotación comercial está siendo característica del Casco Viejo en general y de esta zona en particular. "Se percibe una capacidad de regeneración importante y en este caso si que ha podido ayudar la recuperación de Navarrería. La estrategia es ir recuperando zonas", concluye Albillo.