Siete años después, la pasarela del Labrit vuelve a estar abierta. Han hecho falta 1,4 millones de euros para costear el arreglo, cuatro informes oficiales que determinaran el estado real de la estructura y un sinfín de debates en plenos y comisiones del Ayuntamiento de Pamplona desde que el desprendimiento de varias placas en 2016 obligara a su cierre.
El alcalde Maya ha organizado este miércoles una visita al lugar para anunciar la apertura, en una comparecencia que se ha parecido más a un acto de campaña electoral que a una sesión de trabajo de la Comisión de Gerencia y Urbanismo del Ayuntamiento como se había anunciado la víspera.
Ha estado acompañado únicamente por concejales de su grupo municipal, los pesos pesados de UPN, ya que ningún representante de la oposición ha acudido al tener conocimiento de que la visita convocada no era para conocer el desarrollo de los trabajos –como insistentemente habían reclamado los grupos progresistas– sino para anunciar la reapertura y buscar un poco de protagonismo para el alcalde en un final de mandato que se le está haciendo demasiado largo y difícil.
Junto a las concejalas Ana Elizalde, María Caballero, Juan José Echeverría, Fermín Alonso y Fernando Viedma, Maya ha atravesado los 73 metros de pasarela que conectan la Media Luna con el frontón, donde ha manifestado su alivio por la finalización de los trabajos.
“Es una liberación, ya hemos pasado capítulo y ahora a disfrutar de esta conexión. Ahora a otra cosa, a que trabajen los servicios técnicos y jurídico para que nos paguen" ha señalado el alcalde sobre la pasarela.
Maya ha asegurado que la reapertura de la pasarela no es motivo de celebración y que la pasarela se hizo mal en su momento: “Por eso estamos aquí, porque se tenido que reparar. Ahora se han hecho todo tipo de pruebas de carga, estáticas y dinámicas, y ha cumplido con todos sin ningún problema; y ahí están los técnicos que avalan todo lo que se ha hecho”.
Los datos facilitados por el Ayuntamiento indican que las obras de refuerzo y reparación han tenido un coste de 807.214 euros (el presupuesto inicial fue de 593.000), a los que hay que sumar los estudios y trabajos técnicos encargados desde 2016, además del proyecto de reparación, inspecciones y andamiaje, y de otras actuaciones alrededor de la propia infraestructura, alcanzando un gasto total de 1,4 millones de euros.
El Ayuntamiento reclamará ahora esa cifra a las partes intervinientes en el proceso, desde la redacción del proyecto, a su ejecución y la dirección facultativa, a través de un procedimiento de responsabilidad. Para ello, ya en el mes de junio se encargó un acta notarial que reflejara todos los daños que las obras de reparación han permitido descubrir y documentar.
Responsabilidades en el diseño y construcción
El diseño y la dirección de obra de la pasarela corrió a cargo del equipo constituido por Boreas Nuevas Tecnologías SL, Óscar Pérez Silanes, Carlos Pereda Iglesias e Ignacio Olite Lumbreras. La UTE formada por Arian (80%) y Teusa (20%) fue la encargada de su construcción.
El informe que dispone el Ayuntamiento determina que los responsables del proyecto deben hacer frente a la totalidad de la reclamación como principales culpables de los “vicios ocultos” hallados en la pasarela.
Boreas Nuevas Tecnologías SL y los arquitectos Óscar Pérez Silanes, Carlos Pereda Iglesias e Ignacio Olite Lumbreras participaron conjuntamente en su doble condición de redactores del proyecto y directores facultativos de la obra. Por detrás de la ingeniería y de los arquitectos, las responsabilidades señalan a los constructores de la pasarela, la UTE formada por las empresas Arian y Teusa.
La pasarela se planteó como una solución práctica y estética para salvar un desnivel de 7,14 metros entre ambos tramos de muralla sobre la Cuesta de Labrit. Para ello se construyó una pasarela en forma de ‘Y’, de 73 metros de largo y de 3,5 metros de ancho. Fue inaugurada en diciembre de 2010 por la alcaldesa Yolanda Barcina.
Los primeros problemas se detectaron en 2016, por problemas de oxidación y deterioro de algunas placas de acero y el desprendimiento de algunas de ellas. Tras varios cierres puntuales para realizar trabajos de mantenimiento, la pasarela se cerró provisionalmente al tránsito peatonal el 5 de julio de 2016 y definitivamente en el mes de septiembre de ese mismo año.
Así temblaba la pasarela en 2011:
Miembros de la peña San Fermín, pasando en masa y saltando sobre la pasarela durante las fiestas de aquel año:
