Cuatro minutos. Este ha sido el tiempo que han tenido los grupos municipales de Pamplona para estudiar los informes de las pruebas de carga en la pasarela del Labrit que les ha entregado el equipo de Gobierno instantes antes de que comenzara la Comisión Urbanismo celebrada este miércoles.

Las pruebas han resultado positivas, lo que posibilitará la reapertura de la pasarela en una fecha sin concretar todavía, pero no ha evitado el profundo enfado de la oposición por la forma de proceder del equipo de Gobierno (los informes tienen fecha del 16 de diciembre) y la falta de tiempo para poder analizar los datos antes del inicio de la Comisión.

Es la estrategia que Navarra Suma aplica últimamente y en especial el concejal delegado de Proyectos Estratégicos, Fermín Alonso, que de un tiempo a esta parte prefiere filtrar las informaciones de forma interesada antes de que llegue a los grupos municipales.

Los informes sobre las pruebas de carga realizadas en la pasarela han corrido a cargo de una ingeniería cántabra, ETS, a petición de Obenasa, la empresa encargada de la reparación.

Una carretilla elevadora y pales de 1.450 kilos

Estas pruebas, que no se realizaron en el momento de la construcción de la pasarela en 2010, permiten medir la capacidad de resistencia de la estructura tras los trabajos de reparación que se llevaron a cabo el año pasado.

Se han hecho dos tipos de pruebas (estática y dinámica) con resultados “satisfactorios” en ambos casos.

Para la prueba estática se colocaron sobre la pasarela diferentes palets de 1.450 kilogramos con el objetivo de comprobar el comportamiento deformacional y tensional de la estructura.

Se plantearon 3 hipótesis de sobrecarga (con 20.300, 31.900 y 58.000 kilos) con mediciones simultáneas del comportamiento de la estructura en los diferentes puntos de control instalados.

Según recoge el informe, "el comportamiento general de la estructura presenta una recuperación por encima del 90% de la flecha teórica. Por todo ello, el comportamiento de la pasarela ha sido satisfactorio en lo que a la prueba de carga estática se refiere”.

En el caso de la prueba dinámica, el método empleado para medir las frecuencias de vibración consistió en hacer pasar una carretilla elevadora a velocidad lenta y rápida.

El resultado obtenido es que “la rigidez de la estructura es ligeramente superior a lo considerado en el modelo de cálculo del proyecto”.

A expensas de que el Ayuntamiento anuncia la fecha, la reapertura de la pasarela pondrá fin a un episodio que se ha prolongado desde 2016, cuando se cerró tras el desprendimiento de varias placas metálicas, y que ha supuesto un gasto para las arcas municipales por encina de 1,3 millones de euros (su construcción costó 670.000).

En estos seis años se han realizado tres informes diferentes para determinar el estado de la estructura, el último en la actual legislatura, sobre el que se ha basado el proyecto de reparación.

El arreglo se adjudicó a Obenasa por 593.000 euros y estaba previsto que las obras durasen 15 semanas. En diciembre de 2021 comenzó la instalación del andamiaje necesario para los trabajos, que sufrieron continuos retrasos ante los problemas encontrados en la pasarela.

También ha aumentado el gasto. El 23 de mayo de 2022 se aprobó un partida extra por un importe de 34.000 euros. La segunda modificación se produjo el 5 de julio de 2022 por un importe de 122.000 euros y la tercera modificación tenía una partida de 59.000 euros.

Los responsable de la obra fallida

El diseño y la dirección de obra de la pasarela corrió a cargo del equipo constituido por Boreas Nuevas Tecnologías SL, Óscar Pérez Silanes, Carlos Pereda Iglesias e Ignacio Olite Lumbreras. La UTE formada por Arian (80%) y Teusa (20%) fue la encargada de su construcción.

El informe que dispone el Ayuntamiento determina que el total de la reclamación a la que deben hacer frente los responsables del proyecto asciende a 675.500 euros y confirma como principales culpables de los “vicios ocultos” hallados en la pasarela al equipo formado por Boreas Nuevas Tecnologías SL y los arquitectos Óscar Pérez Silanes, Carlos Pereda Iglesias e Ignacio Olite Lumbreras.

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Todos ellos participaron conjuntamente en su doble condición de redactores del proyecto y directores facultativos de la obra.

Por detrás de la ingeniería y de los arquitectos, las responsabilidades señalan a los constructores de la pasarela, la UTE formada por las empresas Arian y Teusa.