24 pequeños de cinco años del colegio San Francisco se han asomado este miércoles a la Taconera para participar en cinco “aventuras”. En la primera han trabajado los sentidos, después la belleza, las emociones, el significado y por último la empatía hacia el entorno y hacia los demás: el cuidado mutuo. Y se han llevado de regalo un pequeño árbol a clase –al que pueden acercarse para relajarse si están tristes o enfadados– que más adelante plantarán fuera del centro. La propuesta educativa nace de los alumnos de Magisterio de Euskera de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). 

En un esfuerzo por abrazar la naturaleza y promover una educación más sostenible y orientada hacia el bienestar social y medioambiental, los alumnos universitarios, bajo la tutela de la profesora Itziar Insausti, han impulsado este proyecto educativo que busca transformar competencias en la educación y compartir sus valores con otras partes del mundo.

“El proyecto surge en un momento en el que la comunidad global reconoce la urgencia de abordar los desafíos medioambientales y promover la educación sostenible. Se alinea con las metodologías recomendadas por la Agenda 2050, que pone énfasis en la necesidad de una educación que fomente un mayor bienestar social y medioambiental tanto para los alumnos como para los futuros profesores”, explican sus impulsores.

El núcleo de la iniciativa es la educación basada en la naturaleza. Los estudiantes de Magisterio han adoptado un enfoque pedagógico “que integra la naturaleza en el proceso educativo, reconociendo la importancia de comprender y proteger el entorno natural. Los beneficios son abundantes, incluyendo un mayor compromiso de los estudiantes, respeto por el medio ambiente y una conexión basada en valores como la emoción y la empatía”.

El profesorado a cargo del proyecto se ha sometido a una formación europea en las metodologías respaldadas por la Agenda 2050. Esto implica aprender a integrar la educación basada en la naturaleza en sus planes de estudio y a promover una conciencia ambiental en el aula.

Dimensión internacional

Los estudiantes y la profesora se han embarcado en la tarea de llevar su metodología educativa a otros rincones del mundo. La ciudad de Arusha, en Tanzania, es uno de los destinos donde el equipo compartirá el material didáctico con profesores locales y un grupo de huérfanos. También lo harán en la Universidad de Pokhara (Nepal), donde la misión es compartir el enfoque de la educación basada en la naturaleza y fomentar la conciencia y valores medioambiental entre los futuros profesores.

“En un momento en el que las acciones individuales y colectivas pueden tener un impacto significativo en el mundo, es el camino hacia una educación más consciente, conectada y empática con la naturaleza y con otras partes del mundo por un futuro más regenerativo para todos nosotros”, finalizan.