Tenemos una VPO que ya era inadecuada con 2 hijos, y por eso nos apuntamos”, dice. Y ahora, en esta larga espera, han tenido el tercero. “Vivimos 5 personas en 62 m2 en la Milagrosa, hacinados”.
Mikel Turrillo, pamplonés de 41 años, esperaba que su vivienda, una VPT de 205.000 euros, más IVA, por la que ya ha adelantado 45.000 euros, estuviera terminada para irse pronto con la prole. Pero no. Mikel había conseguido una VPO en 2016, “cuando estaba solo”, y recuerda que aunque se retrasó algo, la promoción, privada, fue normal y no hubo sorpresas en los costes. Por eso está indignado con la situación.
“En 2023, casi de los últimos, me llamaron, me hicieron pagar 1.000 euros, y al poco me llegó al contrato de adhesión a la cooperativa”. Y pasó un año “y no supimos nada”. A partir de ahí, se llevaron a cabo una serie de movimientos.
Desconfianza
“Elegimos un Consejo Rector por su perfil técnico, pero después, no responden a los correos, no informan...”. La desconfianza iba en aumento, hasta que explotó todo, con el anuncio de los sobrecostes. Y, después de salir a la opinión pública, este Jueves Santo les llegó el “órdago de la empresa. Ahora han conseguido reducir sobrecostes y están metiendo miedo a la gente”.
Los presupuestos que van a votar este miércoles “no están claros”, máxime porque “no sabemos el sobrecoste real”. Así, explica que en la licencia de obra (el ICIO) el cálculo de la gestora no es el real, y aún más, si sigue habiendo salidas de la cooperativa, no podrán acogerse al préstamo promotor ya acordado.
“¿Cómo dejaron hacer primero la vivienda libre si el PEAU marca lo contrario?”, se pregunta Turrillo. Y añade: “La única baza que nos queda es que no den las libres, y yo confío en que el Ayuntamiento lo va a cumplir”, concluye